Noche de Lobos Blancos

Nuevas compañías

-Tranquilos - gritó una voz desde fuera - vengo con un herido! Solo queremos descansar y recuperarnos.

Rafael abrió el portón de mala gana, casi parece que los hubiera reconocido. Los de fuera también se sorprendieron de verle, al menos el que estaba consciente. Le miró desafiante y Rafael le respondió con una mirada frívola.

Les hizo pasar y yo tumbé al herido en el suelo - sé que no es mucho pero sí es lo mejor que tenemos por ahora por que lo tumbé en el suelo de la cabaña - y curé sus heridas, son graves y están tardando un rato.

Mientras tanto, Rafael y el otro chico seguían mirándose con frialdad y furia al mismo tiempo, no sé que pasa, pero no soy la única que siente curiosidad por saberlo. Celeste y Jonathan también están interesados.

Rafael, tranquilizandose, respira hondo y se sienta a meditar.No sé de que se conocen, pero está claro que para Rafael no fue una buena experiencia. Cuando se a tranquilizado, sale de la casa y empieza a trabajar en una especie de huerto.

Salgo tras él. No sé por que, pero la idea de estar con él me atrae como un frigorífico a un imán. Le miro. No me da tiempo ha hacer ni un movimiento, por que él es diez veces más rápido y ya se ha dado la vuelta.

-Les salve la vida - dijo.

Le miré. Repetía el estribillo cada dos por tres. Les salve la vida. No hacía más que repetir esa frase entre afligido y disgustado. Puse mi mano sobre su hombro, pero se aparto como si fuera dañino.

-Te encuentras bien?

Sin respuesta. Está demasiado ocupado repitiendo esa especie de estribillo. No sé que le sucede, pero está claro que no está bien. Al final, después de media hora repitiendo la misma frase, continua:

-Les salve la vida, y ellos intentaron matarme.