𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸:2

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Abro mis ojos sin entender en que momento me quedé dormida y logro apreciar como mi madre está sentada en el mueble.
-Buenos días- dice con una sonrisa
-¿Dia? ¿Dormí todo ese tiempo?- me sorprendo al ver que dormí prácticamente desde las 5 de la tarde hasta ahora.

Reviso mi celular, "7:05 am" marca, reviso los mensajes y solo encuentro el de Isabelle.

-Hola Presciosa, ¿cómo estás ?, llámame en cuanto puedas- 
Cierro el whatsapp y la llamo. Isabelle es mi mejor amiga, siempre me ha tratado con mucho cariño, aveces hasta he pensado que tira para otro lado. Sonrió al pensar eso.

*ring ring*
-Hola bella, ¿aún en el hospital?- pregunta Isabelle
-Hola, si, dicen que hoy ya me voy- respondo con un tono neutro
-Se cómo pasó todo... debemos hablar sobre eso ok?- dice con tono preocupante pero autoritario a la vez.
-Ay Isabelle, en verdad no quiero seguir hablando de eso, siempre ha pasado lo mismo- respondo
-Lo se preciosa, pero no puedes seguir así-
Responde
-Lo se, bueno, me van a traer medicina- digo para terminar la llamada
- Ya te conozco Naiah, se que lo haces pea evitarme pero, está bien. Hablamos después- cierra la llamada.

Isabelle siempre se preocupa por mi, pero, no creo que entienda completamente lo que paso, somos mejores amigas pero somos totalmente diferentes. Ella pertenece al grupo de Sara, no es mala, pero es de los "inalcanzables". Yo solamente soy un pitufo más de los que manipula Sara a base de golpes.
Por más que quiera que la enfrente, esto nunca tendrá fin.

Veo cómo mi madre vuelve a entrar al cuarto, no me había percatado que había salido.
-Hey, ¿en que momento saliste?- pregunto con un tono considerablemente feliz
-Cuando vi que estabas en llamada, preferí no molestar, por cierto, los doctores dicen que ya te darán de alta, pronto vendrán a quitarte todo- Responde con una pequeña sonrisa.

La conversación acaba ahí, siempre me he preguntado como mi madre logra permanecer con una felicidad y sonrisa constante, aunque en verdad tal vez sepa porque considero que es algo que heredé de ella. Pase lo que pase, nunca dejes que los otros se enteren de tu dolor.

Dan las 4 de la tarde, el tiempo pasa volando, veo cómo entra un enfermero, un poco joven diria yo, con ojos color miel, piel canela y pelo que hace juego con todos sus rasgos. Me quedo observando como la ropa le aprieta un poco debido a su fuerza mientras se acerca y me dice:
- ¿Ya estás lista para irte?- con una sonrisa pequeña pero seductora.
- Creo que si- respondo devolviendo la sonrisa
-Es la primera vez que te veo por aquí, ¿no?- dice mientras comienza a desconectarme el suero y quitarme la aguja que permitía el Paso de los medicamentos.
-Pues si, no ando muy a menudo por aquí- digo mientras hago una cara de dolor cuando termina de retirar la aguja.
-¿que te pasó?, esos moretones no se ven bien- dice mientras arquea una ceja.
-pues estaba luchando para salvar al mundo y pues, choqué con una torre. ¿Y tú? ¿Que haces aquí? No te ves muy viejo para andar trabajando aquí- digo mientras se me sale una pequeña risa.
-Pues, realmente estoy haciendo una pasantía para la escuela, me enseñan cómo hacerlo y luego puedo venir a ayudar a cosas simples como estas.- responde sin quitar su sonrisa perfecta. -Ahora, ¿ me puedes contar lo que en realidad pasó? Si se puede saber, claro.- dice entre risas.

Abro la boca para poder contarle cuando de repente entra mi madre la cual hace una sonrisa pícara mientras observa la situación.
- Lista?- pregunta mirándonos a ambos.
-Creo que si- respondo devolviéndole la sonrisa
-Bueno Srta Chiarah, fue un gusto conocerla- dice mientras me da una última sonrisa y me ayuda a levantarme de la cama.

Nyah Chiarah Donde viven las historias. Descúbrelo ahora