Amaneceres críticos

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Tomo el cigarro entre mis dedos índice y anular en mi mano izquierda, saco el mechero, lo prendo. Observo el fuego, lo acerco al papel que empieza a quemarse, aspiro y el sentir el humo entrando a mis pulmones me calmó al instante. Con la cabeza hacia el cielo, los ojos cerrados y la mente pidiendo apurar aquel trago de nicotina sonreí, de rebeldía, de ganas de salir de allí pero no poder, con ganas de escribir.

Resulta que amanecí escuchando a un ''cantante'' de estos tiempos postmodernos reguetoneros y traperos, aquella canción decía: esta cara y este cuerpo es tuyo pero esto hay que mantenerlo, normalmente tu sabes que yo soy tiza y hay una pila de ''poshas'''que quieren hacerlo.

Si me lees desde una ubicación geográfica diferente al archipiélago cubano, donde surgen estos textos casi incomprensibles, permíteme analizar dicho fragmento.

Este autor se refiere a que le gusta una chica pero si la susodicha no atiende los deseos que este merece por ser ''tiza'', poseer atributos importantes, entonces este chico tan capaz acudirá a satisfacer sus ganas en otras muchas ''poshas'', mujeres que ansían complacerlo. Me fue inevitable pasar a la siguiente canción después de tal declaración.

La siguiente para mi sorpresa era de una mujer, como si de una respuesta se tratara saltó Karol G. Esta artista lleva la bandera de las féminas en el género y busca poner las capacidades de las mujeres en la industria musical. La canción no era otra que ''Tusa'', himno y tendencia en gran parte del mundo en los últimos meses. El título de este tema significa despecho, en el argot colombiano.

¿De verdad se apoya a las mujeres instándolas a no llorar por nada si escuchan una canción que les recuerde a alguien quisieron pues será una depresión tonta. ¡Qué maravilla de panorama musical!, pensé a mis adentros mientras acababa mi cigarro.

Ahora pensemos juntos en este aislamiento inevitable, no es una buena opción amanecer así y yo lo descubrí a pulso.

Después de calentar mis neuronas con este desencanto musical me llamé al buen vivir y cambié a mi lista de producción habitual mientras me dispuse a revisar Instagram. Me exalte ante uno de los Vistos mejores recibidos de mi vida.

Una de mis más grandes referentes feministas, la periodista y escritora española Sandra Barneda leyó un mensaje de esta servidora donde argumentaba mis saludos y deseos por amanecer pronto en un mundo curado. Es cierto, un ''Visto'' pero una confirmación de lectura muy esperada y agradecida.

Mi orgullo por este hecho me activó de tal manera que aquí estoy, escribiendo sobre feminismo y música, dos de los pasatiempos que ocupan mis horas de encierro.

Mi lunes tomó rumbo entonces a ritmo de Vanesa Martín, ¡que letras! ¡que intenciones! ¡que de sentimientos encontrados, de sutilezas, de metáforas!, ''libres, como el viento solo libres, con el poder de retenernos la inquietud de conquistarnos robándonos tiempo libres'', una ironía escucharla en estos tiempos, pero sin duda una declaración de intereses muy diferente.

Entonces me vienen a la mente comparaciones basadas en que no es lo mismo escuchar ''un palo como tú me lo hecha cualquiera''', refiriéndose a un encuentro sexual casual en letra de ''reparteros'' cubanos, a que ''en caída libre quieres con alguien aunque al café de la mañana y fueran distintos'' como propone Vanesa en uno de sus sencillos.

Y entonces el lunes se planta reflexivo, crítico, de opiniones. Decidí no escuchar a los reguetoneros recostados de una postmodernidad cual pared de humo desgastado de tanta originalidad dañina y preferí refugiarme en el canto a la vida de la Martín, pensar además que Sandra Barneda me lee aunque sea de reojo y sin reaccionar y escuchar a Kany García y su Remamos sabiendo cual es el precio, con los puños apretados y la valentía delante. Así si logro sumar creatividad e inteligencia a mis discursos teñidos de violeta.

Tiempo tenemos de sobra por estos días, observémonos por dentro, ganemos conocimiento y separemos narrativas denigrantes de nuestro entorno. Armémonos de impulsos nutritivos para cuando regresemos a nuestro día a día hacerlo cambiados y con las expectativas de, como mínimo, vernos mejores seres humanos y actuar como tal. 

Cuando inspira el feminismo. Relatos en tonos violetasWhere stories live. Discover now