-Capítulo 1-

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Pov Meliodas

Me encontraba caminando en una fría noche de invierno, eran cerca de las una de la madrugada.. hacía un frío que no se aguantaba, yo llevaba puesto un saco intentando refugiarme del frío. Estaba llendo a la fiesta de un amigo mío, se llama Gloxinia.

Su casa se encontraba cerca de un cementerio antiguo, me dio un escalofrío de solo pensar en que tendría que pasar por ahí. Deje de pensar en eso, no debería pasar nada malo, ¿Verdad?.

Cuando menos me lo esperé ya estaba pasando frente al cementerio, intentaba no prestar atención en eso, pero un sonido me sacó de mis pensamientos, se escuchaba el llanto de una.. ¿mujer? Alcé la mirada y vi a una mujer Peli-plata que llevaba puesto un vestido blanco, ¿Acaso estaba loca con el frío que hacía?

Empecé a acercarme para intentar ayudarla, cuánto más cerca más fuerte se escuchaban sus sollozos y murmuros que no se lograban entender.

Una vez estuve al frente de ella parece que no se percató de mí presencia, asique tuve que hablarle.

Meliodas; Ey.. ¿Estás bien? - ¡Bravo Meliodas! ¡Por supuesto que no está bien!

Ella solo me miró confusa con sus ojos llorosos, me quedé embobado admirando su belleza. Cuando recuperé la compostura le di mí mano para que se levantara, y aunque al principio dudó terminó cediendo. Luego le ofrecí un lugar en mí campera para que no tenga frío y la invité a la fiesta de Gloxinia, gustosa aceptó.

Pov Elizabeth

Maldita sea.. otra vez me está pasando esto, ¡ya es como la cuarta vez! Aunque no quiera alguna fuerza mayor me trae de nuevo a este mundo cada 50 años, y hasta ahora nunca tuve una buena experiencia..

De solo pensar en eso rompí en llanto cayendo de rodillas al suelo.

Creo que estaba tan metida en mis pensamientos que no me percate de dos cosas; de el frío que hacía y de que un apuesto chico estaba hablándome.

Alcé la mirada y me límite a querer llorar de nuevo, pensé que querría hacerme daño. Pero en lugar de eso el me ayudó a levantarme, me cubrió un poco con su campera e incluso me invitó a una fiesta, por supuesto que acepté. Creo que no había ido a una fiesta desde hace un siglo y medio, me daba curiosidad ver cómo habían evolucionado desde ese entonces.

En el camino no hablamos demasiado, el me preguntó mí nombre y viceversa, también preguntó porqué me hallaba ahí a lo que yo le dije que había despertado ahí y estaba perdida. Lo sé, mentí y está mal.. ¡Pero no jodas! ¡No podía decirle que estaba muerta y que un portal me llevó hasta aquí!. El acintió y me acarició la espalda a forma de consuelo. Luego de eso ya ninguno habló, había un silencio sepulcral, aunque no era del todo incómodo, por alguna razón que no conocía me sentía bien en su compañía.

Luego llegamos a la casa del que organizó la fiesta, me quedé atónita, habían muchas luces de colores, máquinas que soltaban una gran cantidad de humo, música a todo lo que daba.. entre muchas cosas más. Tengo que admitir que por un momento me sentí intimidada, pero ese sentimiento desapareció cuando Meliodas me agarró del brazo y me llevó a una mesa de las tantas que había.

Charlamos, bailamos y demás hasta el amanecer.. ¡Fue simplemente magnífico!

Luego de eso nos fuimos llendo, llegó hasta el cementerio, el me pidió mí número telefónico, yo no sabía que decirle asique solo le dije que nunca había utilizado uno, y a juzgar por su cara le pareció demasiado extraño.

- Yo.. tengo que irme Meliodas - dije algo desanimada.

+ Ahh.. bueno, ¿querés que te acompañe a tu casa?- preguntó el alzando una ceja

- No es necesario, yo me voy sola- contesté algo nerviosa

+De acuerdo, pero, ¿Nos volveremos a ver?- a decir verdad me quedé pensando por un breve momento por esa pregunta, de verdad que no sabía

- No lo sé, espero que pronto- al parecer no le había gustado mí respuesta, estaba abriendo la boca para decir algo pero yo lo hice callar con un beso casto en los labios, a lo que el me miró con sorpresa- confío en vos- y sin decir más antes de darle tiempo de hablar salí corriendo al interior del cementerio, el se quedó confundido por un momento pero luego empezó a correr atrás de mí, pero luego de un rato doble en una esquina y me desvanecí, ya no sé qué habrá pasado después.

Y si, aunque no lo crean esa noche me bastó para enamorarme de ese sujeto, y no se porqué, pero siento que el sentimiento es mutuo.

La dama peli-plata Donde viven las historias. Descúbrelo ahora