𝐏𝐑𝐈𝐌𝐄𝐑 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎

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Jack tomó uno de los libros de la biblioteca, se encontraban perfectamente acomodados gracias a él

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Jack tomó uno de los libros de la biblioteca, se encontraban perfectamente acomodados gracias a él.

Los dejó en sus respectivos lugares dejándose llevar por los números grabados en el tejuelo del libro. Se había ofrecido para acomodarlos, y la bibliotecaria había aceptado encantada ya que no habían estudiantes que se ofrecieran con tanta amabilidad a ayudar, y la mayoría de los chicos que lo hacían era solo por obligación, y a duras penas lograban acomodar los libros, pero Jack era un chico tímido y amable que siempre estaba dispuesto a ayudar en todo lo que tenga que ver con la Biblioteca, su santuario, el lugar donde podía desconectarse de la jodida realidad en la que vivía.

No era un chico popular, ni tampoco tiene amigos, los más cercanos son tres chicos que lo acompañan algunas veces pero Jack es tan tímido que no puede llamarlos amigos, más bien; conocidos. Solía escabullirse en los partidos para no jugar ya que siendo alto y Delgado, era presa fácil para los jugadores más dotados en el Instituto. A pesar de las faltas a esa clase, Jack las reponía con trabajos extras que para él no eran difíciles. Aunque ese tipo de trabajos no se permitieran, no podían resistirse al chico adorable que usaba sudaderas demasiado grandes para su cuerpo, y que usaba gafas.

Las clases que más se saltaba, solían ser donde practicaba actividad física, y a la hora de las duchas, el se quedaba sentado en la banca de afuera esperando a que todos salieran para así poder ducharse a gusto y sin molestos compañeros.

Después de cambiarse regresaba a casa, con sus amigos caminando detrás de él y haciéndose bromas entre ellos. No eran malos, eran chicos agradables, aunque querían que Jack socializara más, sabían que no lo lograrían, Jack era así.

— Estoy seguro que Jack no ha pisado un bar en toda su vida. – Kristoff, uno de sus amigos. El chico había sido el primero en hablarle cuando recién entraron al Instituto.

Jack apretó los labios en una mueca.

— ¡Opino lo mismo! El señor Frost es tan correcto que no creo que deje a su único hijo ir a uno de sus lugares de mala muerte a mancharse. – ahora fue Eugene, quien se había quejado con sarcasmo.

— No, no he ido... Y al contrario, mis padres no entienden el por que nunca salgo de casa. – murmura ido.

Kristoff frunció el ceño mirando a Jack.

— ¿No sales de casa? ¡Por Dios Jack! Te has perdido de tanto amigo, hoy tengo la tarde libre, deberíamos planear algo para hoy. – propuso levantándose de la mesa.

— Yo voy. – afirmó Eugene.

— No puedo... Debo estudiar.

El rubio rodó los ojos, Eugene solo seguía comiendo frituras mirando expectante la situación. Decidió no entrometerse en la discusión ya que era complicado convencer, y tampoco era tan hijo de puta como para llevarlo a rastras a un lugar donde no se sentiría nada cómodo. Kristoff era algo obstinado.

SHY 害羞的 JELSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora