Lleno de soledad es como este jardín floreció, atestado de espinas y deficiente de lo que significa estar realmente vivo, porque hace mucho tiempo que olvido como crecer sin cuidado.
Siente pena, vergüenza y mucha inquietud como cualquier otro día, puede sentirlo en el veneno que corre por sus venas, en la falta de oxígeno levitando, en la sequedad de sus raíces y también en las grietas de su corazón.
No hay manera de revivir un mundo que siempre estuvo destinado a morir.
Es por eso que está aquí, sentado a pocos centímetros del reino Golden, sintiendo envidia descarada, deseando una nueva oportunidad, una donde puede salvar su marchito mundo, haciendo de el, el más hermoso de todos.
Su vista se detiene a admirar un par divinas prímulas de vivaz color púrpura, mientras se lamenta sin remedio.
—Ojalá pudiese tocarte —Extiende su mano con anhelo.
No le da tiempo de procesar lo que está sucediendo, cuando antes de notarlo una prímula está floreciendo en su parte del mundo, sabe que morirá y es por ello que la acaricia suavemente antes de verla perder su vida.
Está demasiado ensimismado en la marchita flor que no es capaz de percatarse de la presencia a pocos pasos de su lugar, llevándose un buen susto que lo hace retroceder, cuando esta presencia decide hacerse notar.
—¡Caramba, pero si acabo de darle vida! —Refunfuña el joven muchacho al otro lado, inflando los mofletes.
Y Taehyung no puede creer lo que ve, ni siquiera cuando el chico voltea a verlo directamente.
—Lo siento, no creí que moriría tan rápido —Se disculpa sinceramente, deslizando las comisuras de sus labios hacia abajo en una mueca triste —No estés triste, al menos pudiste tocarlo ¿no es eso lindo? —Dice, fingiendo una sonrisa ridículamente extraña.
¿No era él quien está realmente triste?
—Y-yo —Intenta hablar, pero es interrumpido casi de inmediato.
—¡Puedo hacer muchas otras si eso te hace sentir mejor! —Sugiere el castañito, inclinándose hacia enfrente, mirando un poco más de cerca al joven oscuro.
Con sinceridad, Taehyung examina el rostro aniñado a pocos metros del suyo, y fue imposible no hacerlo cuando una tiara descansa sobre su cabellera castaña.
Genial, un príncipe del reino Golden.
Pero definitivamente lo que más llamo su atención, fueron las diminutas manchas encima de sus mejillas, peculiares pecas con forma de estrellas, que tiernamente se degradaron hasta convertirse en un suave sonrojo, avergonzado.
—¿Qué me miras así? —Cuestiona alejándose rápidamente.
—Tus... —Señala sus mejillas propias, sin sentir la seguridad suficiente para hablar.
—¿Mis? —Lo medita, frunciendo levemente el ceño —¡Oh! Hablas de mis pecas, a que son bonitas, ¿verdad?
—Cambian de color —Dice en cambio, usando un tono bajo, pero aun así es capaz de llegar a oídos ajenos.
—Sí... —Rasca su cuello, mirando en otra dirección —Mi padre pensó que sería genial delatar mis emociones con eso, personalmente no pienso igual.
Taehyung muerde sus labios sin saber que decir, o mejor dicho; reteniendo lo que realmente quiere decir.
—Como sea, no importa —Él chico agita las manos en el aire y vuelve a sonreír —Soy JeonGguk, uno de los príncipes del reino Golden —Se presenta, realizando luego una pulcra reverencia.
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Dulces para mi amor | KTH + JGK
FanficTaehyung es demasiado directo y JeonGguk demasiado parlanchín. Quizás por eso es que necesitan conocer sus diferentes mundos, lastima que sea imposible mientras el mundo de Taehyung muere, marchitando su vida en el proceso. «¿También sufres en tu la...