Partimos el año en familia como siempre y me quedé hasta tarde sola en mi balcón observando los fuegos artificiales de todo nuevo año, mis padres se despidieron de mi con un cálido abrazo, un beso en la cabeza y dejando en mis manos una taza de chocolate caliente, ya conocían perfectamente que me gustaba pasar horas y horas observando aquel hermoso paisaje que era para mí la noche. Mas cuando las estrellas se veían tan luminosas y cercanas como si tan solo alargando la mano pudiesen tocarse. pero no era así, no se tocaban y lo extraño de aquella noche aparte de que había más frío de lo normal es que yo me sentía diferente, aquella despedida no me pareció común, parecía como si fuese la última, parecía más bien de estas típicas que me daban cuando me iba de acampada y estaría días enteros lejos de ellos, yo no me iba a ir. ¿O si?.
Ignorando aquella locura mental seguí contemplando apoyada en la barandilla del balcón los fuegos hasta que comenzaron a cesar, fue cuando cuando un destello parpadeo más de lo común junto con las demás estrellas, y de pronto me di cuenta que era fugaz y sin pensarlo dos veces cerré los ojos con fuerza y aunque no fuese la de las típicas que creen en tales fantasías puse todo mi empeño y confianza en aquellas palabras que mostraban mi deseo.
-Quiero estar junto a ti AIDAN RYAN GALLAGHER.-Dije en susurro para mí y sonreí satisfactoriamente.
Luego oí leves golpecitos en la puerta y supe que era hora de dormir, avance hasta la cama ya con la pijama puesta y me quite las sandalias quedando descalza, para luego meterme bajo las sábanas y acomodarme cerrando los ojos para dormir horas y horas por lo tarde que era.
Cuando abrí los ojos el sol impedía que fuera fácil, pues los pies en el suelo y quede sentada sobré la cama frotándome los ojos con la palma de mi mano, no encontraba las sandalias en el sitio que recordaba y me levanté con intención de buscarlas, pero cuando abrí los ojos se me olvidó buscar unas simples sandalias, ¡no estaba en mi cuarto y lo peor es que,¡ESTABA COMPLETAMENTE DESNUDA!
Rápido me giré y agarré la sábanas para ocultar mi cuerpo, pero fue complicado ya que algo lo impedía.
-Mhm.- Gimió algo poniéndome los pelos de punta.
Asustada, que riendo gritar ayuda, llamar a mis padres para que me sacaran de allí en silencio para no llamar la atención al que dormía bajó esas sábanas de seda azul, comencé, con la sábana enrollada en mi cuerpo, a caminar hacía atrás con una postura un tanto extraña, típica de una película de guerra en donde alguien intenta pasar desapercibido ante su contrincante, pero no calculaba que hubiesé un obstacúlo por el piso y provocase que me tambalease. Me puse de pie colocando bien la sábana y con intención de mirar con lo que había tropezado levanté la vista y cuando estuve a punto de girarme me fije en el espejo de pie que tenía un poco más adelante justo frente a mí.
-¡¡Aahhh!!.- Grite al verme reflejada en él, tenía por lo menos treinta años.
-¿Amor?.-.Oí decir tras de mí con voz atontada y por el espejo vi como una mano salía de la sabanas.
¡Por favor! ¡Por favor! ¡Señor sácame de aquí! Grité dentro de mí ser.
Las sabanas cada vez se movían mas dejando al descubierto quien estaba bajo ellas, pero mí mirada se apartó al mismo tiempo que giraba cuando la puerta se abrió de par en par dejando ver a un pequeño niño de ojos color verde, castaño, que me hacían recordar a alguien, labios ni muy finos ni muy carnosos, nariz fina y mejillas rosadas, traía una pijama de ositos muy linda.
-Hola mami.-Dijo el hermoso niño saltando a mis brazos sin yo esperarlo, lo había encontrado indefenso y me había parado a observarlo pero cuando me llamo "mami" no pude evitar quedar en shock y aún más paralizada de lo que estaba, el niño se soltó solo y abrazó mi pierna luego corrió hasta la cama matrimonial y comenzó a saltar.
-Adrien deja de saltar.- Se quejo aquel hombre dejándome escuchar con más calma su voz, y girando, las sábanas se apartaron y el pequeño llamado "Adrien" se tiró sobre él abrazándolo angelicalmente ocultando nuevamente con las sábanas quién demonios era aquel hombre, quizás dueño de la casa, con el que había amanecido completamente desnuda y mayor.- Ya tranquilizate campeón, ayer nos acostamos tarde. ¿Recuerdas?
El pequeño asintió saltando nuevamente sobre el hombre y este se quejó falsamente.
-Feliz año nuevo, papi. -
¿Mami? ¿Papi?.
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Cuidado con lo que deseas|AIDAN GALLAGHER {CORRIJIENDO}
Fanfiction"Ella no sabia que un simple deseo se podria cumplir"..¿Esta arrepentia o agradecida?.. "Ten cuidado con lo que deseas" Siempre había sido fiel a la ciencia, creía en todo lo que tuviese pruebas, pero aquella noche deje volar mi creatividad y pedí e...