Estábamos a medio vestir cuando oímos a Mandy desde su coche. No paraba de tocar la pita, lo cual para mi era muy molesto, ya que no me dejaba oír la canción que echaban en ese momento en la radio. Le dije que parara, ella me miro rara pero termino riendose. Nos llevamos el maquillaje a el coche ya que a ninguna le había dado tiempo pintarse. Fuimos a por Johanna que nos esperaba imapacuiente en medio de la carretera. Claudia no paraba de llamarnos para decirnos que por donde ibamos. Llegamos por fin a casa de Claudia. Nos estaba esperando, bueno en realidad estaba con los cascos y bailando en la acera. Ya estábamos todas. Por fin llegamos al cine, pero la película que queríamos ver ya había empezado. Decidimos hacer otra cosa y fuimos a patinar. Ya que no sabíamos ninguna, no parabamos de reirnos y de caernos. Cuando nos íbamos a ir, Johanna nos invito a su casa y pasamos allí la noche. Fue un día inolvidable.
ESTÁS LEYENDO
Tu punto de vista hacia mi vida
Ficção AdolescenteLa historia trata de dos hermanas de Sevilla que se adaptan a otra vida con diferentes sucesos emocionantes...