Me duele la cabeza. Cada vez es más difícil seguir escribiendo esto. Hay algunas lagunas en mi mente. Siento que empiezo a olvidar cosas. Se supone que no deba de preocuparme, pero resulta molesto. Quisiera acabar esto mientras aun pueda hacerlo.
El joven Nigromante volvió con un enorme libro negro en los brazos. Se limpió las lágrimas que aún tenía en los ojos y lo abrió en frente de mí.
Un libro de hojas negras escrito con sangre. Si alguien me hubiera preguntado cual sería mi definición de un libro maldito, habría sido justo esa.
El libro estaba escrito en un idioma que jamás había visto.
- "¿Qué significa todo esto?" le dije.
- "Es el Mortu Dufoje" me dijo.
El libro en cuyas páginas estaba escondido el secreto de la resurrección.
Por eso mi cliente lo quería. Ante las noticias de su inminente muerte por una enfermedad, se había pasado el último año de su vida intentando encontrar la manera de evitarla. Cuando supo que el joven Nigromante tenía ese libro, intento comprarlo, pero su oferta fue rechazada. Le ofreció aún más dinero para que le dijera solo el secreto, pero su petición también fue negada.
Finalmente, tomo la única decisión que podía tomar. Contratar a alguien como yo. Matar al Nigromante y robar el libro.
Supongo que no me dijo nada del libro por miedo a que yo lo robara para mí e intentara venderlo a otra persona. No lo habría hecho. Como dije antes, no soy alguien particularmente interesado en las letras. Escribo esto únicamente porque él dice que es importante recordar.
Yo no le veo sentido a recordar.
El hombre que me adopto me daba palizas cada día y preferiría olvidarlas.
¿Pasaría algo si olvidara al hombre que mate por haber violado a la hija de un panadero? ¿Pasaría algo si olvido que mate también a su abuela porque me vio mientras salía de la casa?
Recordar solo es una manera de revivir las cicatrices de la mente.
No sé por qué decidí no matarlo. Si me lo preguntan ahora, no sabría dar una respuesta. No sé si fueron sus palabras o fue porque me dio lastima, pero salí de su casa convencido de que él tenía una labor muy importante en este mundo. Sin duda, una labor más importante que yo.
Él tenía que encontrar los secretos ocultos en las páginas de ese libro de páginas negras escrito con sangre. Y yo lo ayudaría.
Cualquiera creería que un joven mago me lavo el cerebro, pero puedo asegurar que no fue así. Simplemente, encontré por primera vez un sentido. Una luz al final de un túnel a la cual puedo dirigirme sin miedo.
Los hombres como yo no rompen contratos. Te quitan valor. Si alguien se entera que un asesino no hace aquello para lo que le pagaron el asesino pasa a ser inútil. Y lo único que se puede hacer con un asesino inútil es matarlo, pues su existencia ya no tiene sentido.
Yo nunca había roto un contrato.
Volví con Mel, como ahora sabía que se llamaba mi cliente. Me pregunto si estaba hecho y antes de responderle, le raje la garganta con mi cuchillo.
Mientras Mel agonizaba en el suelo, le dije que nunca me importó conocer los motivos de mis clientes, pero que el pequeño Nigromante me había contado las suyas.
- "Dime Mel, ¿Tienes miedo?"
No me respondió. Supongo que si tenía miedo, los ojos que vi una vez dejo de respirar lo reflejaban. Y conozco bien el miedo, créanme. Lo he visto en todas y cada una de las personas que he matado. Incluso aquellas que creen afrontar la muerte con valor, muestran miedo en sus ojos en sus últimos momentos. Es inevitable. Es naturaleza.
Matar a Mel no trajo miedo a mi vida, pero si trajo desconfianza.
Ahora a donde quiera que voy tengo que mirar encima de mi hombro.
Mi cliente llevaba la bolsa de oro con la que me iba a pagar el resto del trabajo. No se la robe, no soy de esos.
Arroje a un lado de su cadáver la bolsa que me dio primero. Un poco más vacía, ya había pagado una habitación en un pequeño bar y una puta para calentarme la cama. Pero cuando encontraron su cuerpo, no había ninguna bolsa y tampoco tenía botas. Un vagabundo lo había saqueado sin reportarlo.
Cuando lo encontré lo mate también, aunque ya no tenía caso.
Un asesino que no hace aquello para lo que le pagan no sirve y eso es todo lo que se sabía.
Volví con el Nigromante y le dije que lo ayudaría en todo lo que pudiera. Seguro que ese era mi destino, me puse a su disposición.
Si lees estas líneas, seguro crees que la razón por la que volví fue por interés. Para evitar mi propia muerte.
Siento decirte que no puedes estar más equivocado.
No es mentira cuando digo que no me importa morir. Mi vivida ha durado suficiente. He matado hombres, he fornicado mujeres y si no he engendrado hijos es porque no quiero hacerlo. No sería buen padre.
Volví con el Nigromante no para salvar mi vida, sino convencido de que tenía que salvar la suya. Lo que él representaba era importante. Lo que él quería era importante.
Lo que ahora buscamos juntos, es importante.
Pase de ser un asesino a un Guardaespaldas. Y sí que él me ha necesitado.
Ningún secreto se mantiene oculto mucho tiempo. Pronto se supo la razón de la muerte de Mel, la razón por la que me contrato, lo que se supone que ocultaba el Joven Nigromante.
"El Libro De La Resurrección" se hizo muy popular en pláticas de taberna y más pronto que tarde, llegaron los valientes que quisieron apoderarse de él.
No solo serví de protección al Nigromante, sino también para mí mismo. Es fácil matar a un hombre en la calle, pero solo verdaderos profesionales matamos en la casa de la víctima. Y no hay muchos ahí afuera que sean como yo.
Mate a borrachos que tocaron a la puerta. Mate a asesinos que irrumpieron por la ventana. Mate a hombres que nos asaltaron por la calle y mate a un par de putas que hacían muchas preguntas.
Mate hasta que el Libro de la Resurrección empezó a perder popularidad. Nadie estaba dispuesto a sumarse a la lista de víctimas por un libro que según me encargue de revelar, nadie podría leer.
Pero mis manos no se limpiaron.
Seguí matando por otras razones. Por primera vez en mi vida, mate por autentica necesidad. Cada vida era necesaria. Cada vida tendría una utilidad. Servirían para construir el futuro. Al menos eso siempre me ha dicho.
Hoy me doy cuenta que realmente nunca deje de ser un Asesino. Nunca me convertí en un guardaespaldas.
Hace mucho dije que un Nigromante era solo un Asesino con mucho tiempo para leer... No... Un Nigromante es solo un Asesino sin el valor de ser quien empuñe el cuchillo.
Ahí viene.
Hay más trabajo que hacer.
ESTÁS LEYENDO
Los Ojos Del Asesino
Teen FictionEl encuentro entre dos hombres unidos por una misma pasión: La Muerte. Uno; Un asesino silencioso, metódico y desinteresado. Nunca ha visto en la muerte algo mas que dinero y trabajo. Hasta que conoce al Nigromante. El Nigromante, un joven entregad...