David era un joven de 20 años, lleno de energía y pasión por los deportes. A pesar de su vida normal y su círculo social formado por sus mejores amigos, Victoria, Alejandra y Jorge, había un secreto que lo consumía por dentro. Al usar un sostén de m...
David se despertó temprano esa mañana. Tras darse una ducha rápida, se alistó, escogiendo ropa casual para ir a la universidad. Antes de salir de casa, decidió revisar su maleta. Allí, colocó el sostén de Alejandra, el vestido nuevo que había comprado, el sostén y unas panties nuevas que también había adquirido en el centro comercial. Sabía que no podría resistir la tentación de transformarse de nuevo, y hoy planeaba hacerlo en la universidad.
Una vez llegó al campus, David se encontró con Victoria. Al verla, sonrió y la saludó con un beso apasionado, sintiendo el calor de sus labios y la familiaridad de estar con ella. Ambos caminaron juntos hacia las clases. Después de varias horas de lecciones, por fin llegó la hora del almuerzo. David, ansioso por lo que tenía planeado, aprovechó el momento para excusarse y dirigirse al baño.
Dentro del baño, David sacó el sostén de Alejandra. Lo sostuvo entre sus manos, sintiendo la extraña conexión que había con esta prenda. Se lo puso, y en cuestión de segundos, su cuerpo comenzó a cambiar. La sensación era tan familiar como emocionante. Su estatura se redujo ligeramente, sus caderas se ensancharon, sus glúteos crecieron y se afirmaron, y su rostro adoptó las facciones perfectas de Alejandra. Una vez transformado, se puso el vestido ajustado que había comprado, notando cómo resaltaba su figura y, sobre todo, sus grandes glúteos.
Antes de salir del baño, decidió escribirle a Victoria, temiendo que ella lo buscara y se diera cuenta de su ausencia.
David (como Alejandra): "Amor, me surgió algo. No podré almorzar contigo, lo siento. Nos vemos más tarde."
Victoria: "¿Ocupado? Pensé que almorzaríamos juntos :("
David: "Lo sé, de verdad lo siento. Fue de última hora, te compenso después, te lo prometo."
Victoria: "Está bien, no te preocupes. Solo no tardes mucho, te extraño <3"
David: "Yo también te extraño. Hablamos más tarde."
Con su excusa lista, David salió del baño transformado en Alejandra. Caminando por los pasillos, no pudo evitar notar las miradas tanto de hombres como de mujeres. Sus caderas se movían de una forma que parecía natural en ese cuerpo, y cada paso acentuaba su figura. Sabía que llamaba la atención y eso le provocaba una mezcla de emoción y nerviosismo. Ser Alejandra, aunque por unas horas, le daba una sensación de poder y libertad que lo hacía sentirse diferente.
Sin embargo, mientras las clases llegaban a su fin, decidió que era momento de volver a su forma original. Regresó al baño, pero cuando intentó quitarse el sostén, esa extraña fuerza que había sentido antes regresó. Por más que lo intentaba, no podía desabrocharlo. Se desesperó, su respiración se aceleró, y el pánico comenzó a apoderarse de él. Sabía que si no lograba quitárselo, corría el riesgo de quedarse en el cuerpo de Alejandra mucho más tiempo del que había planeado.
Intentó una vez más, pero era imposible. La fuerza que lo mantenía en ese cuerpo no cedía. (Esta fuerza era debido a un reflejo del deseo femenino que David sentía, ya que al usar el sostén, este automáticamente estaba controlado por una energía femenina que es parte de su poder mágico. Y esto es un pequeño problema, del cual David no podrá controlar, todo depende de la energía que tenga en el momento de usar su poder femenino.)
De repente, escuchó la puerta del baño abrirse, y alguien entrar. Para su sorpresa, era Victoria. Su corazón se detuvo un momento. No sabía qué hacer. Si ella lo descubría en esa situación, todo se vendría abajo. Pero, al mismo tiempo, no podía seguir en ese cuerpo sin su ayuda.
Finalmente, se armó de valor y la llamó.
David (como Alejandra): "Victoria, ¿puedes venir un momento?"
Victoria, extrañada de escuchar la voz de Alejandra llamándola, se acercó. Victoria: "¿Alejandra? ¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que no te vería hoy."
David (nervioso): "Escucha, hay algo que necesito decirte, pero tienes que prometerme que no se lo dirás a nadie. Es muy importante."
Victoria (confundida): "¿Qué? ¿De qué hablas? Está bien, lo prometo. ¿Qué sucede?"
David (tragando saliva): "No soy Alejandra... soy David."
Victoria retrocedió, mirando a "Alejandra" con incredulidad. Victoria: "¿Qué? ¡No puede ser! ¿Cómo es posible?"
David: "Tengo un poder, Victoria. Cuando uso el sostén de una mujer, me transformo en ella. Sé que suena increíble, pero es verdad. Estoy atrapado en este cuerpo, y no sé cómo quitarme el sostén para volver a la normalidad."
Victoria seguía sin creerlo. Victoria: "Si de verdad eres David, dime algo que solo nosotros dos sepamos."
David pensó un momento, buscando algo que nadie más podría saber. David: "Recuerdas cuando fuimos a ver esa película a escondidas. Dijimos que íbamos a estudiar en mi casa, pero en realidad nos escapamos al cine, comimos helado y vimos la película en tu auto. Nadie más lo sabe."
Victoria abrió los ojos de par en par. Victoria: "¡Dios mío! ¡Eres tú! No puedo creerlo... ¡Esto es una locura!"
David (aliviado): "Lo sé, lo es. Pero ahora necesito tu ayuda. No puedo quitarme el sostén, y no sé por qué."
Victoria intentó ayudarle, pero esa misteriosa fuerza que David no lograba entender lo mantenía atrapado. Victoria: "Esto no tiene sentido. Es como si algo te impidiera quitarlo... tal vez deberíamos ir a un lugar más privado. Conozco un lugar."
Antes de salir del baño, Victoria se quedo mirando a David, en el cuerpo de Alejandra, mientras estaba en ropa interior, cuando de repente sus manos tocaron el cuerpo de Alejandra, mostrando su impresión al ver a su novio de esta manera.
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Ambos salieron del baño, y Victoria llevó a David al lugar que había mencionado. Allí, sentados en un rincón tranquilo, Victoria empezó a hacerle más preguntas, y David le contó todo.
David: "Descubrí este poder hace poco, cuando me puse el sostén de mi mamá por curiosidad. Desde entonces, he probado con otros sostenes, y siempre me transformo en la persona a la que pertenece. Me he convertido en mi hermana, en Alejandra, y en ti... Es extraño, lo sé. Pero cuando me transformo, hay veces en las que me resulta difícil volver a la normalidad, como ahora."
Victoria lo escuchaba con atención, aunque algo incómoda al escuchar que se había transformado en otras mujeres, especialmente en ella misma.
Victoria (con una ceja levantada): "¿Te has transformado en mi? Eso es raro, David."
David: "Lo sé, y nunca ha sido con malas intenciones. Solo trato de entender lo que me está pasando. Nunca cruzaría una línea contigo, lo sabes. Te amo, Victoria."
Victoria (sonriendo ligeramente, aunque sorprendida): "Es raro oírte decir eso con la cara de Alejandra, pero... te creo. Solo que esto es demasiado para procesar." David sonrió, aliviado de que ella lo apoyara.
Victoria: "Vayamos a mi casa. Tal vez allí podamos encontrar una solución para que no te quedes atrapado en el cuerpo de Alejandra para siempre."
Con esa esperanza, David y Victoria se dirigieron hacia la casa de Victoria, buscando una solución para el misterio que envolvía el poder de David.
Ahora David estaba nuevamente atrapado en el cuerpo de Alejandra, mientras ambos se dirigen en busca de una respuesta que los libere de la confusión mágica en la que se encuentran.