-ˏˋ i want you to stay ˊˎ- Lesbian

parte dos

   —Estoy preparando té, ¿Quieres un poco? —ofreció Valentina.

Tessa tomó unos segundos para mirar a su joven amiga que le daba la espalda. Nada había sido fácil durante estos meses.

   —Valen, volvamos a casa. —Pidió Tessa en el tono más suave que pudo.

   —Esta es mi casa, Tes. -afirmó Valentina todavía dándole la espalda a la castaña.

Tessa soltó un suspiro.

   —Es que no es saludable que estés aquí.

   —No eres mi pinche psicóloga, Tessa. —dijo Valentina a la defensiva.

   —Valen, escúchame. —se fue acercando paulatinamente a la rubia, —no aceleres las cosas; tú y yo sabemos que aún no es el momento.

   —Entonces, ¿Cuándo, Tes? —preguntó alzando las manos en el aire.

Giró su cuerpo mirando a la castaña momentáneamente. Desvió su mirada a la pared de la cocina, concentrándose en un cuadro mediano de una foto de ella y Juliana cuando una tenía 18 y la otra 21 años, en aquel entonces llevaban un tiempo de conocerse aunque no era significativo y no salían oficialmente, era en la fiesta de cumpleaños de su hermano.

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   —¡Juls!, ¿Te estás divirtiendo? —Le preguntó Valentina antes de entrar al salón de eventos donde un montón de personas desconocidas para Juliana estaban bailando y divirtiéndose.

   —La neta es que sí. —Juliana tuvo que gritar para que Valentina la escuchara sobre la música.

La rubia no se convenció por lo que la tomó de la mano y caminaron a un lugar más apartado.

   —¿Estás segura de que todo está bien?

Llevaban poco siendo amigas pero Valentina la conocía y sabía que algo le pasaba.

Juliana se sentía abrumada, ver a tanta gente en sus vestidos y trajes caros, la hacían sentir fuera de lugar y de alguna manera como si no mereciera la amistad de la rubia y a eso sumándole verla bailando con su novio, Juliana se sentía rara cada vez que los veía juntos, ¿Esos eran celos?

   —Val, quiero irme a mi casa.

Valentina no sabía porqué el humor de Juliana había cambiado, y de inmediato pensó en que era culpa de Eva quien las había increpado en cuanto las vio hablando en el pasillo.

   —Acabas de decir que me ibas cuidar, y se lo dijiste a mi hermana, eh, que luego me pasa algo y ella es capaz de buscarte y ahí que la vez bien tierna ella tiene su geniesito.

   —Val, no, no te va a pasar nada, yo me muero primero.

   —Juls, no digas eso.

Juliana río por la expresión de Valentina quien se quedó mirándola, y la morena extrañada le preguntó:

   —¿Qué pasa? —Preguntó.

   —Tienes una sonrisa tan hermosa.

Juliana se ruborizó totalmente, dejó de reír y ambas se dedicaron una intensa mirada. Valentina le había hecho cumplidos así toda la noche desde el primer momento en que la vio, esa noche algo había de especial en la mirada de Valentina que hacía que el corazón de Juliana se acelerara.