DOMUS VITAE

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En el momento en el que Sophie atravesó el arco de madera que daba entrada a la gran biblioteca no pudo evitar sentirse como en casa, allí había pasado la mayoría de sus días como estudiante, y volver a ver las estanterías llenas de libros fue como reencontrarse con unos viejos amigos.

Mientras la chica caminaba por la moqueta de color carmesí que cubría el suelo del lugar sintió sus ojos vagar hasta la gran cúpula que coronaba la estancia en la que se encontraba, perdiéndose en el domo y en los nuevos detalles que parecía vislumbrar cuanto más la miraba. 

No se dio cuenta de que había seguido caminando hasta que se dio de bruces contra una librería que tembló por el golpe, provocando que uno de los libros que había en esta cayera sobre sus manos. 

No sabía por qué pero el objeto parecía atraerla con un extraño magnetismo que la hizo observarlo detenidamente mientras acariciaba su tapa verde esmeralda y pasaba un dedo por las letras plateadas del título en las que se leía: " Misterios sin resolver de Edimburgo"

Sin perder ni un segundo abrió el libro y comenzó a escanearlo devorando con rapidez las palabras en él escritas en busca de algún tipo de información. En el libro la autora había recogido cientos de relatos y casos sin resolver que habían tenido lugar en las calles de Edimburgo desde prácticamente la edad media, por lo que no fue hasta casi el final cuando dio con lo que buscaba.

La historia sobre el asesinato del joven Sebasthian Wallas apenas ocupaba una página decorada con pequeñas lunas en las esquinas que llamaron la atención de la chica, pues este diseño no aparecía en ningún otro lugar del libro.

Y aunque en ella no se daba demasiada información sobre el suceso, más allá de que el autor del crimen no había sido hallado, no solo pudo averiguar que todo había ocurrido de madrugada, tal y como en su sueño, sino que además el muchacho estaba enterrado en el cementerio Greyfriar.

Cuando la joven llegó a la necrópolis caía una fría llovizna sobre la ciudad, que la caló hasta los huesos en cuestión de segundos. Maldiciendo por no haberse traído un paraguas, vagó por todo el lugar leyendo los nombres de las tumbas por las que pasaba.

Iba tan concentrada en no saltarse ni una de las lápidas que no vio como en el suelo había una bolsa de color carmesí que provocó que cayera de forma estrepitosa sobre el pavimento mojado mientras las letras doradas que había en su interior se desparramaban, chocando contra una de las lápidas cercanas.

Siendo entonces cuando la chica reconoció el nombre que en ella había escrita y recogiendo las letras rápidamente se acercó al lugar para después agacharse frente a la tumba colocando su mano sobre la fría piedra.

- ¿Quién fuiste Sebasthian Wallas y por qué no puedo dejar de pensar en ti? - Murmuró mientras pensaba que cualquiera que pasaba y la viera pensaría que estaba loca cosa que ella misma estaba empezando a hacer.

- Lo cierto es que suelo tener ese efecto en las mujer muchas incluso afirman que soy el hombre de sus sueños. - Dijo un hombre vestido de época con la camisa ensangrentada mientras salía de la lápida con una amplia sonrisa ladeada.

Un Destello En La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora