El hambre se come al ser humano entero. / Capitulo Unico.

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Harry escuchó una voz susurrar palabras: susurrar cosas en la oscuridad de la noche y del día porque la oscuridad lo seguía a todas partes. La oscuridad era su constante. ¿Cómo podrían esperar que la luz brille tanto de un niño nacido y criado en la sombra con violencia en su cabeza? ¿Con el asesinato nadando en sus ojos? 

La voz susurró, susurró odio y dolor, y le dijo las mejores maneras de ahuyentar a los demás, porque si no les gustaba, entonces bien, simplemente tendrían que tenerle miedo. No dejaría que le lastimaran la piel cuando pudiera desgarrar su carne sin tocarlos, sin dejar siquiera una cicatriz. 

Harry pasó semanas en las sombras despegando su piel, su alma, rechinando los dientes en un intento inútil de evitar el hambre y la voz se echo a reír. Dijo "esto es lo que la gente llama criar a un niño, los llaman buenos guardianes". Y se reía y se reía, y Harry juro que nunca seria bueno porque el Tío Vernon era "bueno" y Tia Petunia era "buena" y nunca había conocido tanto odio ademas de hacia ellos. 

El bien era una mentira construida sobre la falsa propiedad y los engaños de sed de sangre. 

El dolor en su estomago ardía y su cuerpo demacrado lentamente araño y araño algo, cualquier cosa, para comer, salvaje, para romper en pedazos bajo los dientes afilados. Y la voz, el asesinato en su cabeza, las comodidades cantadas, las historias hiladas de muerte y tortura, y él sonrío, contento con su violencia. 

Cuando se libero de la oscuridad, su hogar de comodidad de dimensiones reducidas, la voz dijo que les arrancara la garganta, sacudiera la muñeca y les desgarra los músculos nerviosos y destrozara los huesos. Asarlo en un fuego y devorarlos por su hambre era tan abrumador, tan abrumador, que estaba dispuesto perder la poca humanidad que tenia para saciarlo.

Pero la voz se echó a reír cuando se lanzo, diciendo: "Todavía no, Harry. Todavía no has probado la carne cruda por primera vez". Y entonces Harry rompió el cuello de los conejos y desgarro la carne y la piel, masticándola y escupiendo, la voz le animo todo el camino. 

Él sabe que dirían que la voz era malvada y oscura, pero él era un niño envuelto en miedo y dolor; él conocía el mal y esta voz no lo era. Esta voz de asesinato y dolor, de retribución y venganza, era su salvador, su dulce redención: su retorcido ángel de la guarda. 

Dios sabia que nadie mas mitigaba su hambre, hacia palidecer sus moretones, lo convertía en una burla de felicidad, le daba alguna versión de amor sin importar cuan retorcido y roto. Sí, la voz era su salvadora y hacia cualquier cosa por la voz. 

La voz que llamó Tom. 

Harry era un niño de sueños para ellos, solo un pilar de bondad imaginaria. Pero la locura era una fuerza embriagadora y la locura no era tan mala como para condenarla. No, no estaban listos para enfrentar al monstruo que crearon. Pero realmente, ¿que lo convirtió en un monstruo en primer lugar? 

Era un niño de supervivencia, de aprender a odiar para ser amado. Era un niño de carne cruda atrapado entre dientes dentados y uñas mordidas en la piel desollada. 

(Ahora, querido lector, sé que se supone que debo dejarte en estos pensamientos y dejarte llegar en privado a tu propia conclusión del significado de mis palabras, pero no me gusta esa idea ni un poco. Puedes pensar y revolverte en tu autoproclamada bondad, condenado y chillando tus aflicciones, pero esta es la vida y la vida es arenosa y llena de odio.

Agregué un huérfano al abuso y se enojara. Agregué asesinato a su cabeza y obtendrá violencia, locura, odio. 

No es tan terrible para los locos volverse locos en primer lugar. Entonces si, querido lector, no me alejo ante la primera señal de sed de sangre en este niño nacido de la condenación. No miro ni veo el mal; Veo consecuencias. 

El hambre se come al ser humano entero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora