La purificadora de las aguas

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Lejos, muy lejos, extremadamente lejos, en los riscos del maná elemental en el confín del mundo, vivía la más bella y hermosa de las criaturas. Durante el día tenía figura humana de pelo plateado , ojos verdes y pálida piel pero de noche se tornaba la purificadora de las aguas , poderosa y elegante como ninguna, bajo la forma de una loba de blanco pelaje.

Pasaba este ser los días sentada en el risco mirando el horizonte , recitando poesía y meditando profundamente y cada una de las noches salía al mundo purificando cada río, mar y océano.

Tenía belleza, inteligencia, poder , libertad y paz interior pero dada su condición casi humana se sentía sola y ese sentimiento se hacía cada día más y más grande agravado por el hecho de ser única en su especie, deprimiendo a la purificadora y oprimiendo su alma hasta el umbral del dolor. Una noche decidió no salir y quedarse observando las estrellas como si estas pudiesen darle la compañía que anhelaba; ese fue el principio del fin. Pasaron varios días con sus noches y la purificadora se negó a salir a cumplir su labor, en el mundo el resto de seres comenzaban a notar como el agüa se empezaba a estropear y como sufría el planeta por ello, si no se hacía nada pronto la Tierra moriría sin remedio envenenada.

Una noche un pequeño zorro con el pelaje del color de café con leche y azules ojos apareció en el confín del mundo y se acercó a purificadora atraido por el aura de tristeza y soledad que emanaba de ella. Quedó horas mudo junto a ella hasta que guiado por la curiosidad típica de su especie le preguntó qué le pasaba; ella le expuso su problema y maldición, le explicó como la soledad desgarraba su corazón llegando incluso a decirle que había perdido las ganas de vivir. Una vez oida la explicación el zorro sonrió de medio lado y soltó el discurso más alentador que jamás escucharía la purificadora:

" ¿Y eso es un problema?. Muchos lo darían todo e incluso se perderían a si mismos con tal de estar en tu posición, sin ti este mundo, este enoooorme mundo se viene abajo, muere sin remedio. Eres importante chica, reconócelo, además no estas tan sola."
La purificadora se extrañó muchísimo con la última frase y el gesto que había adoptado su rostro no pasó desapercibido, el sol comenzaba a salir y justo entonces ocurrió ; el zorro se transformó en un bello joven de dorado cabello y ojos azules, antes de desaparecer en el aire simplemente dijo a la purificadora que no estaba sola, que no solo el agua mantenía el mundo manteniéndose pura.

Entonces ella se dio cuenta de que el vacio de su alma podía llenarse.

Relatos de un viejo LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora