Estúpidamente Perfecto [Adaptación Kookmin]

III

Posé mis manos en su pecho, y alejándolo de mí, le dije:
—Vete, Jimin.
Él sonrió, y me hizo caso.
—En algunos días, rogarás que me quede —dijo, señalando mi cama.
Desvié la vista bruscamente, y le señalé la puerta para que se vaya. Antes de hacerlo, él me guiñó el ojo. Yo sólo le mostré mi dedo medio, y volví a recostarme. Cerró la puerta detrás de él, y me escondí entre las sábanas con mi celular. Programé la alarma para mañana, y luego puse mi playlist , y me dormí hasta la mañana siguiente.

                        -Pov Jimin-

Al salir del cuarto de Jungkook, me dirigí al de Jackson, que nos propuso quedarnos a dormir a los tres. Preparamos las camas en la habitación, pero sabíamos que no dormiríamos nada. Las cosas con Tae estaban raras desde que lo vi en el cuarto de Jungkook, pero decidí no darle importancia. Después de todo, yo lo conquistaría primero.
—Este chico quiere ponerme loco —dijo Namjoon, acostado en el colchón viendo una publicación en Instagram.
—¿Quién? —preguntó Tae, curioso.
Él nos dio el celular para que veamos la foto. El chico era de la preparatoria, y sinceramente, perdí la cuenta de las veces que dormí con el. Aún así, no dije nada.
Yo me quedé chateando con un par de chicos que rogaban tenerme en sus camas, me encantaba que me desearan.
Jackson estaba hablando por teléfono con, lo que supongo, un chico. Aunque lo hacía en tono muy bajo para que no lo escuchemos.
Luego de media hora, Namjoon y Jackson se habían dormido. Tae y yo aún seguíamos con nuestros celulares, y él se atrevió a decir la primera palabra.
—¿Qué quieres con Jungkook? —preguntó, sentándose en el colchón y acomodándose el cabello.
—Lo mismo que tú —dije, encogiéndome de hombros.
Él negó con la cabeza, y dijo:
—No tienes idea de lo que quiero con el —su mirada era penetrante—, y sé muy bien lo que tú quieres —siguió.
—Creo que todos lo quieren —le respondí, mordiéndome el labio con ironía—, cualquiera querría tenerlo en la cama.
Tae negó rotundamente con la cabeza, y cerró los ojos con lo que parecía ser asco.
—Sólo quiero decirte —comentó—, que si no quieres nada serio con el, te alejes, ¿si?
Me reí, no podía creer que Tae se haya enamorado del hermanito de su mejor amigo. Así que decidí hacerle creer que yo también lo estaba.
—Lo mismo digo —le respondí—. ¿Quién dijo que no lo quiero en serio?
Él rió sarcástico, y moviendo su cabeza con negación varias veces, dijo:
—Sólo quieres acostarte con el.
Fruncí el ceño, y lo miré desafiante.
—¿Estás seguro de eso? —negué con la cabeza—, claro que no amigo, lo conozco desde hace mucho más tiempo que tú, he estado enamorado de el desde siempre.
Ni siquiera yo creía en mis palabras, pero al parecer Tae sí lo hacía. Al ver que no respondía, seguí:
—Te propongo una apuesta —lo desafié.
—Te escucho —dijo, atento.
—Apuesto a que puedo conquistarlo antes que tú —dije.
Él lanzó una carcajada.
—Sí, claro —dijo, con ironía.
—Si no lo hago —dije—, entonces cumpliré un castigo.
Él miró hacia el infinito, pensativo.
—¿Qué tipo de castigo? —preguntó.
—Algo humillante, lo que tú quieras —respondí—, pero si yo lo conquisto antes que tú, entonces tú serás el que se humille enfrente de todos con mi castigo —dije.
Tae aparentaba no querer tomar a Jungkook como una apuesta, pero su orgullo lo venció, y aceptó. Nos dimos las manos en señal de "trato hecho", y nos fuimos a dormir. Sabía muy bien que yo lograría tenerlo en mi cama antes que él.
Me desperté a las tres de la madrugada al escuchar pasos bajando las escaleras. Todos mis amigos estaban durmiendo, así que me levanté al saber que era Jungkook. Tenía que hacer lo posible para conquistarlo, después de todo, no quería ser humillado enfrente de toda la preparatoria, arruinaría mi reputación.
Al bajar las escaleras, me encontré con Jungkook buscando algo para tomar en la heladera. Cuando estaba sirviéndose un poco de agua en un vaso, aprovechando que no me había visto, me coloqué detrás de el, y puse mi mano en la mesada al lado suyo. El giró, y me topé con sus ojos marrones claros, que inmediatamente puso en blanco. Estaba despeinado, pero extremadamente sexy. No pude evitar morder mi labio inferior al verlo con esa musculosa apretada, y ese pantalón que mostraba su perfecta figura.
—¿En algún momento me dejarás en paz? —preguntó, corriéndome de su camino.
Lo tomé del brazo para que no pudiera irse, y cuando ya la tuve frente mío, acaricié su mejilla con mis dedos. Inconscientemente, el cerró los ojos. Te tendré a mis pies, Jeon Jungkook.
—Sólo cuando me dejes probar tus labios —le respondí, sin quitar mi vista de ellos.
Lentamente, mis manos fueron bajando hasta su cintura, y lo atraje hacia mí. El parecía nervioso, ya que su respiración estaba acelerada y no se atrevía a decir una palabra.
Sus manos tocaban mi pecho, y al verlas, le sonreí. Su vista permanecía en mis ojos, y me volví loco al percibir su lengua mojando su labio inferior.
—¿Qué es lo que quieres, Jimin? —susurró, confundido, y sentí sus labios rozar con los míos.
Me quedé callado, y después de unos segundos, inconscientemente susurré:
—Muero por besarte.
Cuando estaba a punto de hacerlo, su dedo índice se interpuso entre nosotros, colocándose en mis labios, impidiéndome que pudiera apoyarlos contra los suyos.
—No soy como los demás, Jimin —dijo, sonriendo pícaro, sabiendo que había caído en su trampa.
Sonreí, burlón. Maldito chico difícil.