Un Gato

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Jeloow!! “ヽ(´▽`)ノ”

Muchas muchas gracias por apoyar la historia aún siendo sólo un capítulo! No olviden buscarme en instagraam! como alexthedragonite, subí ya un dibujo de Hiccup angel que espero que les guste ಥ⌣

Es momento de dar por comenzada una historia sobre...

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Un gato

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—Ahh, amo el olor a lluvia, ¿No te encanta? —Ruffnut se estiró en el sofá, disfrutando de la vista y del aroma refrescante que le ofrecía la naturaleza a través de la ventana de la sala—. Que buen fin de semana.

Astrid miró la hora en la pantalla de su laptop. Seguía trabajando en la mesa del comedor, pero ni siquiera se había dado cuenta de cuándo empezó a llover.

Eran casi las diez y su madre aún no había llegado.

No era nada nuevo, pero de cualquier forma Astrid tomó su celular para enviarle otro mensaje.

A Ruffnut no le importaba realmente no obtener respuestas de parte de su prima, se había acostumbrado rápido a eso y se limitaba a disfrutar ella sola de las cosas que le emocionaban. Aunque no podía negar que extrañaba compartir todo como lo hacía con su hermano. En fin, Astrid no era Tuffnut, y esa era la realidad ahora, lo cual la ponía un poco nostálgica. ¿Sería que Tuffnut la extrañaba también?

Era muy orgullosa como para decírselo o como para preguntarle.

Seguía un poco perdida en sus pensamientos cuando de pronto notó algo fuera de la casa. No era una persona, era algo pequeño. Se levantó un poco y estiró el cuello como zopilote para tratar de ver lo que era y, al reconocer la silueta, saltó rápidamente del sillón y corrió hasta la puerta de la casa para abrirla y recibir a la pequeña criatura.

—¡UUUUYY! ¿Quién es este bebé tan adorable? —esta vez la voz y los movimientos frenéticos de Ruffnut consiguieron llamar la atención de su prima—. ¡Astrid ven a verlo, es tan lindo!

Se puso en cuclillas en la entrada, haciendo movimientos con la mano y sonidos raros para atraer al animalito que estaba en su jardín.

Astrid se levantó de su lugar, con el ceño ligeramente fruncido en extrañeza, y al llegar a la puerta no tardó en reconocerlo. Se trataba de aquel gato café con el que se había topado hace un rato en su camino de vuelta del supermercado.

¿A caso la habría seguido?

—¡Hola chiquito! —Ruffnut parecía muy emocionada al verlo acercarse—. Mírate estás todo mojado ¿Qué haces afuera en la lluvia?

Cuando el pequeño minino llegó a la puerta, ella se inclinó hacia él con la intención de levantarlo, pero Astrid la detuvo.

—Ruff, espera —puso una mano en su hombro—. ¿Qué? ¿Vas a meterlo a la casa?

Ella la vio confundida—. ¿No es obvio? Está todo mojado y debe tener frío, ¡Míralo! ¿No te da lástima?

—¿Qué tal que estuvo en la basura, o si tiene garrapatas? —Astrid miró al animal con recelo, su pelaje café no lucía sucio pero, efectivamente, estaba un poco empapado. Aun así no le daba confianza, recordaba haberlo visto salir de los arbustos—. Lo vi en la calle hace un rato, hasta donde sabemos podría ser un gato salvaje...

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