Primera impresión

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Me lleve las manos a mi rostro y lo restregué para quitarme esas extrañas ideas de la mente. Definitivamente alguien había entrado y si dejó aquello volvería, pensé unos minutos inundándome de ideas y si era un ser peligroso debía tener defensa. No tenía con que defenderme así que tomé una hermosa jirafa de cerámica que compre en el mercado de pulgas, medía unos 40 cm con ella podría.- ..¡no sé!, sentir que tenía algo de apoyo-.

Me acerque poco a poco a esa maleta aferrando a mi jirafa por el cuello como si de allí fuese a salir algún animal salvaje y cuando estuve suficientemente cerca un trueno hizo parpadear las luces. Propiné un grito que solo escuche yo, pero me aceleró el corazón. Acomodé mis anteojos estaba muy nerviosa así que decidí salir a buscar ayuda hacia el otro extremo del pasillo. Si bien la señora Denisse no escuchaba nada, era bastante avispada a pesar de sus cataratas prácticamente corrí hasta allá y como cual película de terror toque la puerta con el corazón en la garganta y miraba al pasillo como si me persiguiera un monstruo. Las luces parpadearon por última vez y se apagaron en totalidad dejando aquel pasillo en penumbra. -Exagero-. Estaba empezando a aclarar, pero yo veía todo oscuro. Solo Dios sabe lo asustada que estaba cuando la señora abrió la puerta con lentitud y una vela en mano - ¡qué horror!.- ¿Qué hacía con un velón tan terrorífico como aquel?

Casi no me salieron las palabras, tragué grueso y pregunte si había visto a alguien entrar a el departamento a lo que contesto que no y me invito a pasar. Estuve tentada de quedarme con ella y llamar a la policía, pero me había dejado el teléfono, sabía muy bien que la señora Denisse no usaba esa tecnología. Su hijo Thomas que venía de visita de vez en cuando se resignó a que debía ser a la antigua con ella.... No había electricidad y aún tenía la jirafa aferrada en la mano, la señora rió diciéndome como si fuera su nieta más pequeña que no tuviera miedo

- El edificio es viejo y la planta se apaga cuando llueve así, podrías encender las luces de emergencia que estan en la cocina

Según ella estaba punto de hacerlo cuando miro moverse la campanilla de la puerta y más rápido era tomar la vela de sus santos - ¡jamás había visto esas luces y eso que revise todo!. Todo menos la puerta secreta. Lo más probable es que las mías estuviesen allí, me despedí con una sonrisa y las gracias. Mi plan mientras caminaba casi corriendo por el pasillo era llamar a la policía o a los bomberos, era muy exagerado podría abrir la maleta y ver que contenía de una vez. En la puerta fruncí el ceño y me di valor

Los truenos parecían un rugido. No estaba menos asustada cuando cerré con llave y me senté en el sofá con mi teléfono y a un lado mi protectora jirafa. Entonces escuché unos pasos en la puerta, la manilla comenzó a girar, el corazón me subió de nuevo a la garganta y aferré como pude a el cuello de mi amiga de cerámica.

Un intento de abrir, - ¡estaba intentando abrir!-.¿cómo es que Milton dejó pasar a un extraño? y pensé que quizá le había hecho algo. Me imagine todo un desastre fatal con relación a un delincuente que estaba justo en mi puerta. Primero lo golpearía y lo dejaría tendido inconsciente y luego llamaría a la policía estaba segura que era un ladrón. Me hice la valiente, a Abigaíl Fedler ningún ladrón la atacaría saliéndose con la suya.

Escuchaba sus llaves - ¿por qué tenía llaves? -¿seria el señor Manson? -

Dudaba mucho y mi cabeza era un revoltijo entre el miedo y las dudas, pero era imposible con lo formal que era me llamaría. Me acerqué hasta la puerta colocándome de espaldas a la pared con la intención de cumplir al pie de la letra mi plan cuando traspasara ese umbral. Al fin la puerta se abrió y un enorme espectro entró como un fantasma cubierto de una capucha negra chorreando agua. Sin pensarlo me lance sobre él, fue más rápido y en lugar de darle en la parte lateral de la cabeza para dejarlo inconsciente como era mi plan, terminé golpeándolo en el hombro con mi jirafa que se partió en dos abandonándome. Hizo un sonido de dolor y decía cosas en un dialecto extraño mientras trataba de sujetarme, yo estaba desesperada, ni siquiera pude gritar del susto. No podría esperar que alguien me escuchara así que comencé a tratar de golpear con mis manos para defenderme y cuando pude emitir palabra también le decía cosas, había retomado mi valor. No quise entender razones hasta que escuche su voz en mi idioma

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