Sentimientos

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Para mediados de junio estaba lista para mis vacaciones en el hospital. Era mi último día de trabajo y había pasado con éxito la segunda temporada de exámenes, estaba feliz y en la única persona que pensé en compartir todo aquello era Eldrick. Hacía un par de semanas que casi ni nos veíamos estaba totalmente entregada al estudio y a mi trabajo, seguía estando al pendiente de mí y antes me dijo algo que me tenía dando vueltas a cada rato en la cabeza.

"Me he quedado más de lo que tenía pensado porque no quiero que vuelvas a tus malos hábitos en la comida, en especial ahora que estás por concluir un ciclo acdémico, puedo ser de apoyo para ti tu tambien me has ayudado, pero lo más probable sea que tenga que irme de un momento a otro"

¿Se había quedado por mí? Ojalá. Podría ser mitad excusa o totalmente cierto y como quien adopta una mascota se le arruga el corazón al pensar en dejarlo sin nadie que le de los mismos cuidados. Aunque desde siempre había esperado que un día ya no estuviese y se fuera tal cual como había llegado, tenía la convicción que se despidiera al menos y me escribiera desde donde estuviese.

Por esa sensación de desasosiego cuando él llegaba o lo veía en casa internamente me llenaba de alivio. Y un día se me salió decirle que no queria que se fuera tan rápido, sonaba muy triste casi como si sintiera que me abandonaba, no sé cómo fue que se volvió necesario. Tal vez solo quería sentir por una vez que más allá de hacerlo por mí quisiera quedarse por él y eso probablemente no sucedería. Tampoco estaba plenamente conciente de los sentimientos que comenzaba a tener, porque su estadía era pasajera y por lo menos teníamos el tiempo que pasamos juntos compartiendo. Eso no se podría borrar.

Entré al super de la esquina por unos chocolates para aquietarme los pensamientos y celebrar. Me los merecía por ser tan buena estudiante y para mi sorpresa él estaba allí, sonreí como por instinto y descargué mi felicidad abrazándolo, esos abrazos se habían vuelto más habituales y espontáneos.

- ¿A qué se debe tanta alegría pequeña salvaje? - me devolvió el abrazo y no tuve cabeza de responder, solo quería quedarme justo en donde estaba por unos segundos robados más

- ¡Es oficial Eldrick estoy de vacaciones! - entonces pude ver a la cajera poner cara de sorpresa – pagaré todo esto y... – tomé 3 cajas enormes de chocolates juntándolas con el resto de las cosas que Eldrick tenía en la caja

- Ni de chiste señorita – devolvió una de las cajas a el mostrador y me giré con mi mejor sonrisa falsa

- Lo pagaré y no quiero discusiones - dije entre dientes, parecía no escucharme y ella le recibió el dinero por lo que me pareció mucho rato con miraditas coquetas

La mujer me sonrió por cortesía pues él dejó que le coqueteara tan evidentemente era muy incómodo y mencioné que teníamos que irnos. Ttenía la impresión de que no me prestó la mínima atención, siquiera recordaba mi presencia disfrutando de la sonrisa de la cajera. Mi día de pronto se arruinó, pase de la felicidad a una detestble molestia que me oprimia el pecho. En un segundo estaba de muy mal humor. De la manera mas infantil tomé mis chocolates y salí lo mas rápido del lugar. En mi huida ella se despidió coqueta y Eldrick la llamo por su nombre.

Fue suficiente. Caminé lo mas rápido que pude sentía que podía ahorcar a alguien mientras lo escuchaba llamarme.  Me molestaba que devolviera mi tercera caja de chocolate y que coqueteara a esa chica sin prestarme atención a lo que decía. Estaba furiosao celosa. ¡Lo sabía!.

En casa no quise hablar atiborandome del dulce, ni siquiera queria escucharlo y por primera vez quería que desapareciera. Se acercó preguntándome cosas, no pensaba hablarle así que empezó a jugar con mi oreja

MagnoliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora