Un regreso inoportuno.

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Vampiresa.

By: JATZIRY SARAHÍ.

Candy estuvo en el hospital durante una semana. En ese transcurso trazo muy bien su siguiente paso a seguir. No quería cometer ninguna equivocacion.

Sin embargo no fue tarea nada fácil, ya que el olor a sangre la estaba torturando.

Llego el dia viernes y ya no lo pudo soportar, con cautela llamó a una de las enfermeras que estaban en turno y con la poca fuerza que aun tenia la hipnotizó y le pidió:

- Traeme tres bolsas de sangre del banco, una de cada cubículo para que nadie se de cuenta, ¿entendido?- dijo mirándola fijamente a los ojos.

- Entendido señorita Andrey- con una liguera inclinación la enfermera se retiró, lista para cumplir su misión.

Candy se recostó pesadamente en la camilla, ya no tenía muchas fuerzas y necesitaba esas bolsas de sangre para retomar el color de sus ojos.

Con lentitud giró su rostro en dirección al reloj de pared, vio que eran las 6:30 de la mañana.

Cristaly, la enfermera, tenia que darse prisa con lo encomendado ya que Terry llegaría a las 9:00 a.m en punto.

- Veo que tienes hambre cariño- dijo una voz conocida para la rubia- ¿Qué acaso no te alimentan bien en este hospital?- pregunto burlón el hombre.

- No digas estupideces Guillermo- le contesto con voz debil la chica- sabes bien que no me he alimentado desde hace ya dos semanas, tu mejor que nadie estas bien enterado de que eso era fundamental para el plan- y entonces la joven tosió levemente.

El rubio rápidamente borró de su rostro la sonrisa que tenia, y a la velocidad de la luz se acercó a ella, ya que se encontraba parado cerca de la puerta de la habitación.

Con suma delicadeza tomó entre sus manos el rostro de la muchacha y con preocupación reflejada en su voz le pregunto:

- ¿No te has alimentado en todo esté tiempo? ¿Qué acaso no estas en un hospital?- preguntaba frustrado el joven- ¡Por Dios Candy! ¡No ves que puedes morir de verdad!- exclamó el hombre soltando el rostro de la rubia sin delicadeza alguna.

El joven peino su cabello con su mano hacia atrás, estaba molesto y muy preocupado por Candy. Y no era para menos, el semblante que tenia era la seña indudable de que estaba muriendo lentamente.

Movió enérgicamente la cabeza, eso no tendría que estar pasando. Tenia que hacer algo rápidamente para salvarla, él la amaba infinitamente y no se perdonaría nunca si ella muriera. Estaba ya con la mente trabajando en la solución cuando la voz de su amada interrumpió sus pensamientos.

- No te preocupes por mi Guillermo, ya he mandado a una persona a solucionar este pequeño inconveniente- dijo con la voz más debil que antes.

Él la miro a los ojos y ella supo inmediatamente que estaba muy molesto, de hecho era casi un milagro que de sus ojos no salieran llamas.

- Ja. ¿Qué no me preocupe? ¿Pequeño inconveniente?- le cuestiono usando un tono de voz muy controlado y sobre todo irónico- Estas de broma ¿verdad Candy?- y dicho esto crispó sus puños, evidencia de lo iracundo que se sentía. Y entonces, un rechinido de dientes fue la clara advertencia para la rubia que se habia excedido esta vez- ¡No me vengas con esas estupideces!- y en un abrir y cerrar de ojos el vampiro desaparecio y volvio ante la joven con algo en las manos.

- ¿Qué es eso?- pregunto con sorpresa la chica y entonces de la nada olfateo algo que le hizo tener miedo hacia su interlocutor. Lo miro fijamente y cuestiono- ¿Qué has hecho Guillermo?

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2020 ⏰

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