_ Reiniciar _

_6 Recuerdos_

Los recuerdos no tardaron invadir la mente del joven con pecas, los días en que el chico sentía que su amigo se alejaba más y más de él cada día, hasta el punto de sentirse abandonado por él, como si fuera dejado de lado en poco menos de un parpadeo llegaron a su memoria como un balde de agua fría.

Un día jugaban juntos y, al otro, el de cabellera rubia le golpeaba e insultaba por el simple hecho de no tener una peculiaridad.

Eso fue lo que sintió por mucho tiempo el joven de cabello rizado, pero conforme maduró fue entendiendo que para el de ojos rubí, no era más que una burla e inútil a sus ojos, un juguete del cual podía aprovecharse y del que podía deshacerse en cualquier momento cuando y dónde quisiera.

No sabía porqué le tomó tanto comprender ese hecho, pero una vez que lo hizo se alejo de su compañero, dejando de lado la admiración que sentía por él, la cual quizá no era solo eso, si no algo más grande y complicado, un leve sentimiento que solo perduró por unos años y se extinguió tan rápido como llegó regresó junto a las memorias anteriores.

No supo cuando, pero luego de hacerlo, tomo una decisión que hizo que su vida tome un giro de 180°, el cual, para bien o para mal, cambió toda su realidad por completo.

( . . . )

Seis años antes de que todo lo que pasó a lo largo de esta historia sucediera, un chico peliverde hablaba con una reverencia a alguien a quien no respetaba en lo absoluto, pero que a su parecer lo ayudaría a ser alguien, aunque eso significará ir en contra de todo lo que él creía.

_Me uniré a ustedes, de lo contrario estoy seguro de que nadie me tomará en serio_ dijo lo más firme posible a un hombre que lo observaba y escuchaba sin mucho interés_ Prometo que seré leal y servicial, además de que juro obedecer cada una de sus órdenes si eso me permite ser aceptado en su equipo... Pero siempre y cuando acepte y estén dentro de las tres condiciones que voy a decirle en estos momentos_ mientras esperaba una respuesta por parte del mayor, el de ojos esmeralda giró sus ojos en dirección a la puerta de la habitación al oír un ruido proveniente de ésta.

Al hacerlo, se encontró con la mirada penetrante de un chico unos cuatro o cinco años mayor que él, el cual tenía cabello de un color celeste claro y ojos rojos cual rubí. Tras ser observado por unos segundos, el de rostro maltrecho finalmente habló_ El niño tiene agallas_ dijo con voz ronca, segundos después, el mayor finalmente habló.

_Dijiste que tenías tres condiciones, dependiendo de cuales sean veré si está en mí poder cumplirlas_ luego de eso, el hombre sin rostro hizo silencio, dándole al de cabellos rizados un lugar para hablar.

•1 Aceptaría torturar o cualquier cosa relacionada, pero jamás mataría a nadie.

•2 Si por alguna razón tuviera que infiltrarse a un lugar, solo lo haría para conseguir información o robar algún documento importante que no requiera dañar a nadie.

•3 Una vez que él lograra su objetivo, tendrían que dejarlo ir.

Todas y cada una de las condiciones fueron fácilmente aceptadas.

( . . . )

Un hombre de aspecto desaliñado y cabello azabache entro a la sala de interrogatorio para poner al día al peliverde_ Midoriya, ya que al parecer no dirás nada quiero que conozcas a alguien, más te vale no hacer nada extraño_ tras terminar de hablar, lo único que recibió fue una mirada desinteresada por parte del joven.