El ambiente en la habitación se sentía tenso, Mariel tenía una mirada confusa, mostraba alegría y a la vez tristeza y miedo, al verla asi mi ansiedad y curiosidad crecían a cada segundo que mi amiga se mantenía en silencio.
Yo simplemente espera el tiempo necesario para que Mariel estuviera lista para hablar, sea lo que sea era algo importante, demasiado importante.
No sé exactamente cuánto tiempo transcurrió hasta que con un suave suspiro mi amiga por fin levantó su mirada fijandola en mí.
- Es mi hermano- dijo y vi que su mirada era puro dolor.
- ¿Hermano?- pregunté cómo si no necesitará que me dijera que había escuchado bien, hermano sonaba raro decirlo, según yo... ninguna de nosotras teníamos hermanos las tres éramos hijas únicas, pero por lo que ha pasado estaba totalmente equivocada.
- Sí, es mi hermano o bueno mi medio hermano, él es hijo del primer matrimonio de mí papá.
Wow, wow, wow, espera...osea que no solo no sabía que mi amiga tenía un hermano, sino que tampoco sabía que su papá ya iba en el segundo matrimonio, ¿Qué más me ocultaban mis amigas? O bueno las que creía mis amigas, tal vez estoy por hacer algún drama pero simplemente no concibo la idea de oculta algo como un hermano, digo no es como si fuera una libreta o los colores que no quieres que nadie sepa que tienes para que no te los pidan, es una persona, tu familia.
- Ok, creo que ya fue suficiente...si es una broma les quedó muy bien- le digo a ambas por qué lo único que quiero es eso, que me digan que es una broma.
- Lucy, es verdad, todo lo que te ha dicho Mariel es cierto, el chico que viste allá abajo es su hermano Sebastián- me habla Marisa confirmando que todo es verdad y que mis amigas, con las que he convivido por diez años me han mentido.
Mi corazón comienza a latir con fuerza, no puedo y no quiero creer todo esto, mis amigas no pudieron mentirme con algo tan importante como un hermano, osea no es como que no hayan tenido una oportunidad de decirme algo como eso.
- Bien, no tengo nada más que hacer aquí, siempre me sentí algo fuera de lugar con ustedes, pensé que era mi imaginación pero lo he comprendido, ustedes nunca me consideraron su amiga y por eso nunca me dijeron nada.
Prácticamente les estoy gritando, tal vez estoy exagerando pero me siento triste, dolida y decepcionada, diez años nunca les fueron suficientes, ellas saben absolutamente todo de mí, mis mejores y peores momentos, incluso aquellos en lo que aún no las conocía, y creí que yo también lo sabía todo de ellas, pero acabo de confirmar que no, en realidad nunca las conocí.
- Lucy, por favor no digas eso, eres nuestra amiga y te queremos mucho, simplemente era algo muy difícil de explicar y...- Mariel corta sus palabras cuando creo que se da cuenta de que me estoy dirigiendo a la puerta, no quiero seguir aquí.
- Lucy, por favor escúchanos, danos la oportunidad de aclararte todo - Marisa se interpone entre la puerta y yo, con sus manos en mis hombros me detiene.
- Chicas, es mucho para mí, simplemente necesito tiempo y cuando esté lista tal vez podamos platicar, por ahora no lo creo posible.
Y es la verdad me siento mal y quiero estar tranquila en mi casa con mamá, ella siempre da buenos consejos.
- Lucy, no te vallas, te necesito, es un momento agridulce y quiero tener a mis dos mejores amigas conmigo, necesito de tu apoyo, no me dejes - Mariel me abraza fuertemente y sus lágrimas mojan la piel de mis hombros, su cuerpo se sacude por los sollozos.
Me duele verla así y sé que tengo que escuchar sus razones para no decirme algo tan importante, por ahora lo dejaré pasar y me dedicaré a consolarla, de las tres Mariel es la más sensible y soñadora, y no puedo dejarla así, si como dice el ojos bellos es su hermano, quiero saber la razón del por qué no hablar de él.
- Hazlo por los lindos años de amistad que nos unen, te juro que incluso ni yo, ni Mariel sabemos a ciencia cierta todo lo que a Sebastián Rosse se refiere.
« A pesar de que es su hermano, Mariel desconoce muchas cosas de él, por eso y porque era solo una niña de ocho años cuando su padre le dijo que su hermano asistiría a otra escuela y que no lo vería en mucho tiempo, hasta hoy»
Todo esto es muy confuso, pero de verdad quiero saber lo que Mariel y Marisa tengan que contarme.
Voy directamente al sillón que está al lado de la ventana y tomo asiento, con un leve movimiento de cabeza les indico que estoy lista para que hablen, pero el sonido de un celular hace que nos distraigamos.
Marisa se acerca a su mochila para sacar su teléfono y atender la llamada, sale de la habitación y regresa unos minutos después en los cuales Mariel y yo nos mantenemos en silencio.
Marisa avisa que es urgente ir a casa con sus papás y se disculpa con nosotras, le digo que valla y que ojalá todo esté bien, así como Marisa le dice que le mande un mensaje si necesita algo.
Nos da un beso en la mejilla como despedida y en la habitación solo quedamos Mariel y yo.
- Te escucho - dos simples palabras que ponen aún más nerviosa a Mariel.
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CONTIGO
Teen FictionLucy en contra de sus propios sentimientos se da cuenta de que no es necesario conocer a una persona por años para amarla, hay ocasiones que basta solo una mirada para que tú mundo se tiemble y cambie por completo. Todo lo confirma cuando de manera...