Capítulo 4

37 1 0
                                    

-¿A dónde me llevas?- pregunté rendida

-a tu casa...-respondió tranquilo él.

-no sabes dónde vivo...-dije irónica

-sé más de lo que tú piensas...-dijo él levantando una ceja divertido

-¿acaso eres un depravador que quiere secuestrarme?-le dije seria. Soltó una carcajada y yo lo miré con mi cara seria otra vez

-¿siempre eres así de seria?- preguntó luego de reírse

-claro que no... No sé quién eres y... ¿qué pretendes?- dije

-oh... Entiendo...-dijo lamiendo sus labios- y... Cuéntame de ti...

Lo miré con una ceja levantada...- no hay nada que deba contarte-dije

Él llevó su mano hasta su panza e hizo un gesto de dolor o malestar

-tus zapatos... ¿acaso son de acero?- dijo, automáticamente solté una pequeña risita, sabía que le había dolido aquella patada que le dí para que me suelte.

-te lo merecías, te pedí que me bajes y tú... No hiciste caso...-le dije

-¿apenas nos conocemos y ya me golpeas?- preguntó con un tono seductor

-mira quién habla... Aún sin conocerte casi me matas- él me miró e hizo una pequeña sonrisa mostrando sólo una franja de sus dientes mientras miraba la calle, ya que estaba manejando

-¿Cuánto falta? Quiero sacarme este asco de vestido, puedes apurarte quiero bañarme, cambiarme y  arreglarme

-ya casi llegamos gruñona- volvió a usar esa voz seductora no sé con que planes, porque no causaba nada en mí.

-¿Cómo sabes dónde vivo? No sé por qué estoy aquí con alguien que no conozco y casi me mata...

-termina ya con eso... Que no quise matarte... Y sé dónde vives porque lo sé... Punto- dijo serio pero con una pisca de seducción

Hicimos dos cuadras y llegamos, tenía razón, él sabe dónde vivo, no entiendo... Sé que mi familia es una de las más importantes en el barrio pero este sujeto no es de aquí... Ni siquiera sé de dónde es.

Estacionó en la entrada y antes de bajarme, traté de saber un poco más sobre él aunque no me interesaba en lo más mínimo, sólo quería saber con quién estaba viajando...

-okey... Y... ¿puedes decirme de dónde eres?- dije mirándolo seriamente pero con onda

-que... ¿quieres ir a visitarme? No hay problema yo puedo venir por ti preciosa...

Lo miré con cara de disgusto, este idiota tiene él autoestima por el cielo y no tengo ningún problema en bajarlo...

-que idiota eres- le dije mientras abrí la puerta y bajé rápidamente, Mariano me miró con cara de sorpresa al verme bajar de aquel auto de aquella persona que nadie conocía, lo ignoré, no debo darle explicaciones a nadie, menos al personal de la casa. Entré rápidamente con mucha bronca, aquel idiota me había puesto de malhumor...

Entré hasta mi habitación y abrí la ducha...

Cuando Dos Mundos ChocanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora