❛𝗜'𝗠 𝗬𝗢𝗨𝗥 𝗗𝗢𝗟𝗟❜ ━━━ ❪ 𝖽𝗂𝖺𝖻𝗈𝗅𝗂𝗄 𝗅𝗈𝗏𝖾𝗋𝗌 ❫

「 ᴇʟᴇᴠᴇɴ | 𝓑𝓲𝓰 𝓖𝓲𝓻𝓵𝓼 𝓒𝓻𝔂 」

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Dos. En tan sólo dos días consecutivos la chica ya ha sido mordida esa cantidad de veces. Siente aquellas zoanas del cuello adolorido, por lo que se dirige al espejo de su habitación a comprobar las secuelas de dichos ataques; dos marcas de pares distintos de colmillos.

Hacía mucho que no experimentaba tales dolores aunque, pensándolo bien, realmente nunca los había sufrido; nunca había sido mordida por algún vampiro.

Decide dejar de pensar en ello y tratar de seguir con lo suyo. Revisa la hora en el reloj del buró; ya es medio día. A pesar de que prácticamente todos en la casa siguen dormidos, la castaña sigue teniendo problemas para conciliar el sueño, puesto que ahora se le ha impuesto una rutina completamente diferente a la habitual suya. ¿Debería empezar a tomar pastillas para dormir? No. Dormir durante el día es algo a lo cual debe poder adaptarse por su cuenta sin ayuda de nada más.

Pero, como por el momento no se encuentra en las condiciones para rendirse ante Morfeo, decide mejor cambiarse y salir a tomar algo de aire.

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—Buenas tardes —la fémina se voltea. Quedando cara a cara con la otra fémina de la mansión.

—Hola Yui. Creí que dormirían hasta más tarde.

—Normalmente nos despertamos más tarde, pero prácticamente nadie tenía sueño. ¿Qué haces aquí en el balcón?

—Nada. Sólo observo el jardín. Me recuerda a mi familia —la rubia se sienta junto a ella.

—¡Oh! ¿Tú... tenías familia? —la castaña asiente.

—Los mejores padres del mundo. No tengo hermanos, soy hija única, pero no me hicieron falta en realidad. Nunca fui buena en los estudios, aunque tampoco me iba tan mal. Con mi mejor amiga pertenecíamos al club de las porristas, y... había un chico que, no lo sé, me agradaba bastante.

—Ya veo. La verdad es que mi vida era algo aburrida si la comparamos con la tuya. Me la pasaba la mitad del día en la iglesia, casi no tenía amigos y vivía sola con mi padre adoptivo. Debo admitir que si mi vida es interesante es debido a los hermanos.

—¿Entonces tú... no extrañas tu antigua vida? —Yui niega lentamente con la cabeza, como si le costase admitirlo.

—¿Y tú? —Etsuko baja la mirada.

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Ni una foto. Ni una maldita foto tiene en sus manos para tratar de por lo menos recordar los rostros de sus seres más cercanos. La castaña se siente ansiosa y triste a la vez al no tener a aquellas personas a su lado. Se siente tan desdichada y sofocada debido al aislamiento al que tiene que acostumbrarse ahora, del cual no puede escapar ni aunque lo intente.

—¿En qué tanto piensas? —la ojiazul da un respingo al notar que el primero de los Sakamaki que conoció se encuentra tumbado en su cama relajado y con las piernas cruzadas.

—En mi familia. ¿Acaso te molesto, o a qué se debe esta "agradable" sorpresa?

—¿Agradable, dices? —sonríe—. ¿Ves cómo es que sí somos capaces de llevarnos bien? —al parecer los vampiros no entienden el sarcasmo. O por lo menos no éste.

—¡Ya quisieras! —el pelirrojo la toma por la cintura y la avienta a la cama ágilmente, colocándose encima de ella.

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—Vamos, pequeña arrastrada. No hace falta que uses ese tono de voz conmigo. Tú y yo podríamos volvernos muy íntimos si nos lo proponemos.

—¡Eso jamás!

—Creí que Reiji había tratado de darte una lección la última vez que te habías comportado así. Pero ya veo que no ha sido suficiente para corregir esas malas actitudes tuyas. Veamos cómo funcionas después de esto.

El vampiro levanta el suéter de la fémina, dejando al descubierto su abdomen, al cual acerca su rostro con deseo. Inmediatamente, clava sus colmillos justo debajo de su costilla derecha, la cual es una zona mucho más sensible, por lo cual esta vez Etsuko se retuerce de dolor mientras en vano intenta apartar a Laito.

—¡Qué decepción! Aunque ya me lo suponía... tu sangre es amarga a comparación de la de Bitch-chan.

☪❦❣ Lea Kudomi ☪❦❣

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