"¿Destino, o casualidad?"

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- ¡Dios esto es agobiante! - exclama Stephe mientras yacía inerte acostado en su cama.
La rutina y el aburrimiento en su habitación eran extremadamente incómodos y no sentía tranquilidad alguna en su casa, todo le resultaba de color gris, estaba siendo invadido por el ocio, no tenía ni ganas de estudiar, pero de pronto una idea entra a su mente luego de un breve tiempo de silencio.

–¡Lo tengo!– exclama sentándose de un tirón en el borde de la cama –Iré a la biblioteca, a esta hora debe de estar abierta y la última vez que entré había un ambiente muy cómodo, de paso veo qué hay de interesante allá.

Y ahí estaba él, preparando todo para bañarse y vestirse para partir. Y mientras está en la ducha piensa:

–Cielos...no puedo creer que este mundo siga así, tan frío. Sinceramente se ha olvidado en gran manera el verdadero significado del amor. No es mala idea buscar algo de literatura romántica, hace tiempo no fluye en mí algún sentimiento en relación con este. Me recomendaron hace un tiempo ya After, pero vaya que son unos cuantos tomos bien largos, hasta ahora todos tienen buen criterio de esta "magnífica" obra, veamos entonces, hoy comenzaré a leerlo.

Salió, todo perfecto, excepto esa estresante sensación que quedaba de esa agobiante monotonía, y por el camino iba ya quejándose por el incómodo calor.

–¡¿Vaya pero qué es esto?! ¡Acabo de darme un baño, por el amor de Dios! Que buena iniciativa...

Al fin llegaba a la esperada biblioteca, su temperamento estaba algo movido pero no lo mostraba a simple vista, sabía cómo controlarlo. Se colocó frente a la puerta, tomó la manilla, respiró profundo y entró.

Ahí iba él, con su mochila, casi vacía, sólo tenía una pequeña agenda de notas que solía usar muy a menudo para las actividades de la Universidad. Llegó a una mesa bien aislada al final del lugar, colocó su mochila en una silla al lado y se sentó a observar a su alrededor disfrutando del buen ambiente que le rodeaba.

Luego de observar varias estanterías cercanas le viene a la cabeza ese entretenido y complicado asunto del amor, y ¡BAM! algo lo paró en seco: acababa de ver a lo lejos ese libro que tanto le habían aconsejado.
–¡Vaya coincidencia! Parece obra del destino, ahí voy, lo prometido es deuda.– exclama sorprendido y decidido.

Se puso de pie, dejó todo en la mesa y fue al encuentro de aquel libro. Al ponerse de frente a la estantería, extendió su mano para tomarlo pero este no cedía, pareciera estar atascado. –¿Pero que es esto; el destino también? ¡Por favor!– exclama por dentro, ya eran "demasiadas coincidencias" para él. Se inclina hacia atrás jalando fuertemente el libro y escucha una voz:
–¡¿Qué te ocurre?! ¡Suéltalo de una vez!

Stephe se congeló por un momento en el tiempo y pensó:
–Es una chica...pero sólo hay un libro para el primer tomo.

–¡¿Puedes parar ya por favor?!– exclama desde el otro lado la chica, y Stephe jala el libro con fuerza y lo toma, quedando ambas miradas una frente a la otra con ese pequeño espacio entre libro y libro. Ella tenía una expresión facial algo agresiva y decide ir al encuentro del chico.

–He llegado primero al libro por favor; ¿te molestaría dármelo?– le dice ella a él extendiendo su mano hacia adelante.

–¿Qué te hace pensar que te lo daré? Tan sólo mira tu tamaño, eres toda una guerrera de la estatura– dice Stephe en tono jovial mientras se ríe de la expresión facial de la chica.

–¿Podrías ser algo más maduro por favor? Ni que fueras la gran cosa....anciano, uy, menuda barbaridad.

–No sabes lo divertido que es verte desde aquí, así no te lo daré, hayas o no hayas llegado primero a él– dice Stephe mientras continúa riendo.

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