Salimos corriendo de aquel perfecto lugar donde nuestro primer beso hubiera sido de en sueño, felizmente aquel regordete guardia no nos siguió. Al estar un poco alejados de las piscina pudimos respirar más tranquilo, nos detuvimos en un punto para recuperar el ambiente y la hermosa risa de Bon hizo eco por toda la calle. Ese simple acto hizo que toda la adrenalina en mi cuerpo bajará,y volviera a entrwgarme a ese ambiente cálido que solo aquel peliturquesa podía dar.
Caminamos entreteniendonos con coversaciones que salían de la nada, el viento helado comenzaba a correr, y era de ese frío intenso que me hizo darme un golpe mental por no haber traído mi propio abrigo. Bon ofreció darme la suya en algún punto, pero la rechacé también me di un golpe mental por eso. Íbamos hacía mi apartmento por ser la más cercana, bueno ese terco de Bon había inistido en venir conmigo porque quería saber que llegaba a salvo. Terco, pero dulce.
―Bonnie ¿izquierda o derecha?
―Derecha, unos cuatro edificios más y giras en la esquina a la izquierda―asintió mientras aún caminábamos. Hubo un ligero detalle en toda nuestra huída y ahora; nuestras manos no se habpian seaprado por nada del mundo. Él no quería dejarlo, o quizás era yo el que no quería soltarlo. Era una enorme calidez la que sentía por parte de una de miz mano, sin embargo; no era suficiente. Era muy friolento.
― Eso te pasa por no aceptar mi chaqueta.― Reí ligeramente mientras mi cabeza negaba. Bon también sonrío, y soltó mi mano. Un punzón sentí en mi pecho y creí haber arruinado toda la salida. Pero era completamente diferente; su brazo pasó por encima de mis hombros acercándome más a él. Mis mejillas se pintaron de rojo, estoy muyque seguro de eso― Pero mira, ahora tienes doble abrigo, mi chaqueta y yo.
Estaba avergonzado. Este chico era capaz de leerme de una forma tan fácil como si fuera un libro para niños. Su suave fragancia no tardó en llegar a mi nariz, y era exquisita. No dudé en comentarlo, y ahora erámos dos chicos avergonzados.
Verlo de aquella forma, y que me haga sentir así; eso solo signiifcaba que este era el momento perfecto debía decirselo.Lo haría, respire profundo y tire todo el aire acompalado con mi confesión.
― ¡TE QUIERO BON SMITH! ― estabamos cerca al edificio de mi departamento. Cerré fuerte mis ojos queriendo que la tierra me tragase de seguro estaba echando humo por las orejas―, y no estoy hablando del querer amistoso.
Bon tomó mi mentón, y abrí tímido mis ojos encontrandome con la imagen más bella. Aquellos ojos de un color verde brillaban tan euforicos que podía ver mi rojiza cara en ellos. Esas esmeraldas realmente eras espejos al ama dulce de Bon Smith.
―Ustedes dos, estas no son horas para estar gritando hay gente que trata de dormir― gritó una de mis vecinas, la más antipática para variar; luego de eso solo azotó la pobre ventana y se esfumo del panorama.
Bon y yo reímos bajito, ya eran dos personas en la noche que nos estaban arruinando nuestro momento románticos.
― Bonnie― pronunció mi nombre de una forma tan suave que que deseé siempre escucharlo de auqella forma― ¿Quieres salir conmigo?
―Pero Bon es muy tarde para salir de nuevo, ―a veces podía ser un poco juguetón. Si esas personas habían sido inoportunas, me tocaba a mi hacerlo. Mi corazón latía a mil por hora por mi osadía pero quería que lo repitiera. Giré dándole la espalda y cruzando mis brazos sobre mi pecho―Sé más especifico por favor.
― ¿Especifico? Ohh, entiendo, ― me siguió el juego. Una de sus manos toco mi hombro haciéndome voltear topándome con esos ojos verdes que me hacían soñar.―Puedo ser muy específico cuando me lo propongo.
Tomó mi cintura con su derecha, por inercia puse mis manos sobre sus hombros, estábamos tan cerca que sentía su respiración y esa dulce fragancia. Un poco más y nuestros labios se encontraban tan juntos, fusionándose en un dulce beso. El mejor de toda mi vida.
Esa fue la primera noche que nos besamos, y también la primera noche que Bon paso en mi casa.
