Techo Juntos

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Un buen tiempo ha pasado desde que Bon y yo hemos comenzado a salir, y unos cuantos meses desde que decidimos decirles a nuestras familias de nuestra relación. 

Aquel día estaba como una gelatina, temblaba por los nervios que llevaba. Sin embargo, mis padres lo tomaron de maravilla; nos apoyaron en todo sentido hasta mi madre me molesto con que debía ir pensando en papeles de adopción o al menos investigar en ellos. Esa mujer esta totalmente loca, pero la amo. Por otro lado, el único familar de Bon, su padre; nos maldijo echandonos de su casa y negando a Bon como su legítimo hijo. Aquella noche Bon lloró en la sala, no quizó hablar, y aunque me pesase lo deje ser.  No voy a mentir, sigue despertándose algunas noches con gritos y llanto; abrazo a mi pobre ángel para que se calme. Sé que el tiempo podra curarnos. 

Y que puedo decir, nos acabamos de mudar a un pequeño cuarto. Era el paso que más ansiaba.

―Conejito, ¿Estás despierto? ―sentí como mi lindo novio entraba al cuarto con un increíble cuidado, seguro pensaba que seguía durmiendo. Volteé sobre la cama, y dediqué esa sonrisa que Bon solo podía ver―Ya veo que sí,― río de una forma suave, ese sonido de felicidad podía relajarme y hacer que desee nunca irme.―Sabes Bonnieto~, ya tengo una idea de porque te gustan tanto estos pantalones. Son muy cómodos~―. Y ahí estaba mi novio sacándome de mi imaginado mundo, llevándome a un lugar un poco más oscuro. Cuánto deseaba ser mi propia ropa para estar cerca a ese... Digo, aquellos pantlones le hacían gran mérito.

―Te quedan muy bien Mon Cheri~.

―Sigue halagándome de esa forma, y llegarás tarde a tu nuevo trabajo Bonnierto~, sabes que falta 30 minutos para que empiece tu turno ¿no?―, su rostro llevaba esa sonrisita que me derretía por las noches y yo comenzaba a ignorar el hecho de mi trabajo.― Ya sabes te ha costado mucho conseguir el puesto, no creo que lo quieras perder~.

Me estaba tentando, lo sabía por como estaba caminando hacía mí. Sin embargo, este lugar no se iba a pagar solo, el trabajo de Bon no era suficiente. Tiré mis sabanas olvidando el ligero detalle de mi cuerpo desnudo. Ayer había sido algo muy agitado.

―Mira que lindas marcas llevas, conejito~.

Me sonrojé de inmediato, y tomé lo primero que estaba en el camino uno de las camisas de Bon. Y fui corriendo hasta la ducha, debía apurarme. Salí con el cabello mojado, y lo primero que encuentro es a mi amado novio  durmiedo placidamente  sobre la desordenada cama. Claro, el podía llegar tarde al trabajo. Veo esas marcas en su espalda, y sonrío. Sí, ayer había sido algo espectacular. 

―Debes estar cansado, Boncito― acaricié su suave cabello, y busqué mi celular; Bon durmiendo con m pijama se merece un foto. Más ese chico me engaño como yo lo hice hace unos momentos. Tomó de mi cintura, y me puso sobre él deshaciendose de la toalla.― ¿Una ronda antes del trabajo? 

Solo debo decir que ese día llegué tarde, pero al menos no me despidieron. 

30 DíasWhere stories live. Discover now