Capítulo 2

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Hola de nuevo ^^

Es la primera vez que publico un segundo capítulo xD espero sea de su agrado. No tiene tanto Escarlin, pero eso será en el próximo capítulo ya que primero se debía llegar al "ambiente adecuado".

Si tienen alguna sugerencia, con mucho gusto veré cómo incorporarla al siguiente capítulo.

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Como las nubes habían oscurecido la tarde, el recibidor estaba poco iluminado cuando entraron. Merlín no había siquiera cerrado la puerta cuando unos chillidos agudos llegaron a sus oídos.

– ¡Merlín, Merlín! ¡Cruuaaa! ¡Merlín, hola!

Escanor se quedó plantado en el pasillo desconcertado por la extraña voz mientras Merlín colgaba su chaqueta en el perchero que estaba junto a la puerta y sonreía tímidamente

– Disculpa, es mi loro. – después se giró hacia dentro de la casa y gritó – ¡Ya vine, Aldan!

Cuando escuchó a su dueña, más gritos emocionados de "¡Merlín, Merlín! ¡Hola!" llegaron a los oídos de Escanor. Él sonrió. Merlín se apresuró escalera arriba.

– Pasa, hacia allá está la sala. Trabajaremos en el comedor, ¿te parece? Ahora vuelvo – sin esperar respuesta corrió hasta desaparecer en el segundo piso.

Una vez solo, Escanor se adentró tímidamente en la casa de su compañera. Las paredes eran de color beige y tenía un aire hogareño que muchas casas no logran conseguir. Nadie salido a recibirlos y aparte de los gritos del loro, la casa estaba en completo silencio, por lo que supuso que no había nadie más. Se preguntó si viviría con sus dos padres y si tenía hermanos.

La sala era elegante; tenía sillones de cuero cafés y una mesa de centro con una fuente empotrada en el medio. A un lado, un poco más allá, estaba la mesa del comedor, que era redonda y transparente. Las paredes estaban llenas de fotografías de estudio de Merlín. Unas eran de cuando tenía como dos años, cuando tenía alrededor de nueve, otras de adolecente un poco más joven de lo que era ahora y sólo una fotografía familiar donde aparecía con sus dos padres y nada más. Así que no tenía hermanos.

No supo cuánto tiempo se quedó mirando las fotografías cuando Merlín finalmente bajó las escaleras cargando una jaula de aspecto pesado que traía un loro azul con algunas plumas más oscuras, casi tirando a negro, dentro.

– ¡Cruuuaa! ¡Aldan! – exclamó el loro, luego giró la cabeza de lado para ver con su ojo directamente hacia donde estaba Escanor. – ¡Merlín, Merlín!

– Ya, ya. Cálmate. Sólo es Escanor. Dile "Hola". – le dijo mientras colocaba la jaula sobre una mesita que estaba en un rincón.

– Hola.

Escanor sonrió.

– Hola. ¿Cómo te llamas?

– ¡Aldan! – respondió la cotorra.

– ¿Quién es tu mamá, Aldan? – preguntó Merlín.

– ¡Merlín! – respondió con su voz de loro. Escanor se rió.

– No le preguntes nada más porque es todo lo que sabe responder. – dijo Merlín con una sonrisa – ¿No te molesta que la tenga aquí verdad? Puede que grite un rato pero después se calmará. No me gusta dejarlo solo en la habitación si yo no estoy ahí, ya de por sí se queda solo todo el día.

– Está bien, no me molesta para nada.

Merlín le dirigió una sonrisa agradecida.

– Iré por platos y servilletas. Ahora vuelvo.

El sol en medio de la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora