Capítulo 2. ¿Quién es Milissen? Parte I
La carretera principal de Bowntown, Constance, se encontraba desolada a excepción de una persona que podía divisarse a lo lejos, expuesta ante el sol abrazador el cual parecía arder más que ningún otro día.
El oficial Charlie Preston se encontraba caminando con una sombrilla encima de su cabeza. Las gotas de sudor bajaban por su frente y el caliente de la luz solar parecía atravesar la sombrilla. No sabía por qué se encontraba allí, solo tenía ganas de salir y alejarse del exasperante aire de su hogar, su hermana estaba embarazada y más insoportable que nunca, su esposo seguía insistiendo con el tema de adoptar un bebe, lo cual a Charlie no le parecía mala idea, pero consideraba que no era momento de tener un niño, ya que estos necesitan de mucho tiempo y cuidados. Esto provocaba constantes peleas entre ellos.
Preston no sería un mal padre, era amable, leal, justo, adora a los niños e irradia ternura hasta por los poros. Al igual que su esposo Mark, él cual es inteligente, le gustan los niños y tiene un plan de crianza que se centra en formar la curiosidad del niño además de inculcarle un amor por la lectura y las nuevas informaciones.
Los ojos de Charlie visualizaron un bulto negro en la distancia, tendido en la carretera bajo el asfixiante sol.
El varón dudo en acercarse, pero la curiosidad fue más fuerte que las mil razones por las cuales no debía acercarse que su cerebro le dio.
Dando grandes zancadas trazo su camino hacia el bulto, el sudor que mojaba su frente causado por el calor ahora era causado por el nerviosismo. Charlie nunca fue una persona a la que le gustasen las sorpresas, prefería lo predecible y simple, las cosas paranormales o misteriosas le provocaban terror, no le gustaba guiarse por su curiosidad, pero esta a veces lograba apoderarse de él.
Justo por esa razón se unió a la policía del pueblo, en Constance nunca pasaba nada, tampoco había ladrones así que la policía solo hacia revisiones de rutina en las mañanas, y a veces en las tardes, lo más extraño que había pasado en casi un siglo en Constance ha sido una plaga de piojos en los niños y niñas.
Mientras más se acercaba al bulto este se hacía más grande hasta que Charlie Preston soltó la sombrilla y su rostro palideció al ver que aquello no era solo un bulto cualquiera; si no un cuerpo inerte tendido en el suelo.
El cuerpo de una chica.
Su cabello era tan negro como la noche, estaba completamente desnuda y mostraba signos de maltrato, hematomas en la cabeza, muslos y espalda, todo su cuerpo estaba rojo y algunas partes -por no decir todas- quemadas por el sol.
Desconfiado Charlie llevo una mano a su cuello buscando su pulso, cuando lo encontró sintió como su alma dejaba su cuerpo y hecho a correr en dirección a la estación de policías.
«Dios mío, ayúdame» Pensó mientras corría con más fuerzas.
Cuatro horas más tarde.
—¿Y no saben quién podría ser? —inquiere Margaret Philips sorprendida.
Charlie le había contado todo lo sucedido con respecto a la chica que encontró en la calle a Margaret. Ella no podía creer lo que a sus oídos había llegado, estaba en shock, nerviosa, Constance era demasiado tranquilo para el gusto de muchos, pero que una cosa así pasara no era nada bueno.
—Nuestro superior pidió ayuda a los pueblos y ciudades cercanos para ver si podían identificarla... —hace una pausa y la mira nervioso—. No encontraron ni una sola coincidencia, su ADN no dice nada, y sus huellas dactilares tampoco es... como si no existiera. La llevamos al hospital del pueblo y dijeron que tenía signos de una violación, que parece un caso extremo de secuestro. La pobre estaba deshidratada, con anemia y muy golpeada. Están esperando a que despierte para interrogarla.
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Milissen ©
Mystery / ThrillerUna chica es encontrada en medio de la carretera de un pequeño pueblo de Cansas, desnuda, con signos de golpes y de una posible violación, marcas de estrangulamiento en su cuello, fuertes contusiones internas y una aparente pérdida de memoria, ¿Cómo...