No En Mi Guardia ~Tododeku

3

Hay cosas bonitas en esta vida.

Como un hermoso amanecer, como la fragancia de tu flor favorita. En fin, hay muchas cosas y luego, luego está Midoriya Izuku.

Ya se que dirán, Oh Shoto eres todo un idiota.

La verdad ustedes tampoco se resistirían.

En fin, eso está bien, gozar de la belleza de este magnífico espécimen es un regalo, el verdadero problema es que cuando alguien lindo es tu amigo tiende a llamar demasiado la atención.

Como el mejor amigo de Todoroki: Midoriya Izuku.

Y ahí estaban otra vez, allí en la biblioteca leyendo tranquilamente.

Midoriya leía Magnus Chase y los dioses de Asgard, el barco de los muertos.

Mientras tanto Shoto se dedicaba a leer Mazze Runner, the Death Cure.

Apenas iba iniciando la tercera página cuando oyó unos sollozos, miró a Izuku a su lado quien tenía los ojos cristalizados.

—Todoroki-kun... Orumaito Riordan ama verme sufrir. — dijo entre lágrimas.

Su mejor amigo no sabía que debía hacer y justo cuando iba a decir algo.

—¡Midoriya!

Rayos.

El delegado de clase caminaba en dirección a ellos, al parecer venía de algún otro lado de la biblioteca.

Finalmente estaba a un metro de distancia de ellos.

¿Cómo rayos vio a Midoriya llorar a tan larga distancia? Además era raro que estuviera casualmente en la biblioteca también...

—Cómo delegado de la clase es mi deber velar por el bienestar de mis compañeros ¿Estás bien? —preguntó Iida con expresión seria y cálida.

Midoriya le miró como si fuera un salvador.

—Es que... —las lágrimas apenas le dejaban formular palabras — y entonces... Y—no se entendía nada.

Tenya se acomodó los lentes y analizó la situación o eso parecía.

Todoroki solo quería estar un poco solo con Midoriya ¿Era demasiado pedir?

—Mi vida no tiene sentido. —chilló Izuku déjando caer su cabeza en la mesa.

El bicolor parpadeo perplejo ¿Cómo que no tenía sentido? ¿Cómo no iba a tener sentido? ¿Qué quería decir eso?

—¿Cómo crees Midoriya? Estoy seguro que tu vida es un motivo para despertar cada día —una voz que no escuchaba hace...

—¡Shindo! ¿Qué haces aquí? —preguntó el rizado con la cabeza aún en la mesa mientras Iida trataba de articular palabra pero no podía.

—Qué malo eres ¿No deberías recibirme con una de tus sonrisas bonitas? — dijo Shindo acercando peligrosamente su rostro al del pecoso que se había sonrojado levemente.

Tenya miró a Todoroki buscando ayuda pero este estaba teniendo un colapso, otra vez.

¿Debería decir algo? ¿Debería irse para dejarlos solos? ¿Debería fingir un paro cardíaco para sacar a su aún no novio de allí?

—Además —continuó el recién llegado —te traje algo.

Los tres chicos esperaron curiosos para ver el contenido de una caja color negro de un tamaño considerable.

La colocó en la mesa frente al peliverde que seguía con la cabeza acostada allí.

—Abrela —insistió el joven.