No En Mi Guardia ~Tododeku

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No era mentira.

De verdad no lo era.

Simplemente Midoriya Izuku era un imán atrae bubis, pitos o fifis como sea que les llamen.

Apenas llevaban unos minutos allí y unos chicos ya estaban hablando quien sabe que indecencias acerca de su novio.

Bueno, no era su novio... Aún...

En fin, el punto no era ese.

El punto es que es difícil estar tranquilo sabiendo que si te descuidas un momento puedan robarte a tu mejor amigo-novio-aunque aún no lo sepa

Tampoco es como si los demás se pudieran resistir a semejante obra de arte con pecas.

Pero el lo vio primero.

Así que se lo queda.

Si, puede sonar egoísta y no es que lo sea.

Solo es que cuando se trata de Izuku Midoriya todo se ve complicado.

Hasta respirar.

—Cortesía de la casa — dijo un joven de cabellos azabaches que probablemente era el camarero.

Le estaba dando a Midoriya un trozo de pastel con un pequeño papel rosa muy sospechoso.

Todoroki ahogó un jadeo de indignación al ver como el tipo se tomó el atrevimiento de guiñar el ojo a Izuku que no parecía captar el asunto.

El rizado ladeo la cabeza confundido.

¿A que se debía esa aura oscura que se cargaba Todoroki desde que entraron al colegio?

—Shoto.

El bicolor que parecía perdido en alguna parte del mundo finalmente le presto atención.

—Entonces a mi pregunta es un no.

—No... Bueno si...

¿Qué demonios dijo Midoriya?

Se había quedado pensando en las maneras de atraerle que se distrajo por completo.

—Pues si, Shinsou Hitoshi y yo somos pareja.

Todoroki había palidecido aún más de lo que ya era.

Y sus ojos se apagaron.

¿Era eso cierto?

—Todoroki-kun en serio no puedo creer que no me escuches!! No, no somos novios ¿Sabes yo...? No, basta.

Midoriya se levantó y Todoroki iba a seguirlo de no ser porque...

—Midoriya, siempre es un placer verte.

Hitoshi Shinsou.

—eh, ah, Si si Hola Shinsou...—saludo el peliverde algo avergonzado.

—Justamente iba a llamarte sabes, ya que estámos aquí ¿Qué te parece si damos un paseo?

Todoroki sonrío, ese tipo era un idiota si creía que Midoriya lo iba a dejar si porque si.

—Esta bien ¿A dónde vamos?

La mandíbula de Shoto casi se cae al piso.

—Oh vaya, si es Todoroki. —sonrío el de ojeras — Qué mal pero solo tengo dos entradas al cine.

—Terriblemente mal ¿no? —bufó Midoriya sujetando el brazo de Hitoshi que sonrío más ampliamente.

—Tch. —rechino el bicolor entre dientes.