Enséñame.

3 (Primera parte)

Kam.

Mi alarma me despierta. Maldición. Nuevamente olvide desactivarla.

Tomo mi móvil para apagarla y noto que tengo varios mensajes de Sam.

Sam: Heeeeeey.

Sam: Hoy vamos a la playa.

Sam: Es una orden.

Maldigo. Sam adora salir. Y yo... Bueno, creo que ya dije que mi mejor plan es tirarme en el sofá a mirar Rick and Morty.

Decido responder.

Yo: Buenos días para ti también. ¿Sabes que no puedes obligarme a ir, verdad?

Intentó escapar de la salida. Aunque sé que no podré.

La respuesta llega de inmediato.

Sam: Dije que era una orden. ¿Acaso eres desobediente?

Río.

Yo: Si.

Sam: Ya veremos. Paso por ti a las dos.

Sam es mandón. Y yo soy mister acata órdenes.

Me estiró en mi cama y me levanto a hacer mi rutina.

Bajo las escaleras y mi papá está sentado en el sofá con su laptop en la falda.

–Buenos días, hermosa. –Me saluda con una sonrisa y yo me acerco a darle un beso.

Es raro verlo en casa. Últimamente se la pasa trabajando o con la nueva novia.

–Buen día. –Me siento a su lado y el cierra su laptop.

–¿Planes interesantes para hoy? Y no me digas que te quedarás mirando ese tonto dibujo animado. –Rio y le doy un suave golpe en su brazo.

–De hecho si que tengo planes. –Me hago la interesante.

–Dime que con Sam. –Mi papá adora a Sam.

–Creo que quieres más a Sam que a mí. –Bromeo.

–Es un buen chico. No como... –Me levanto ignorándolo. Se lo que va a decir.

No entiendo porque no le agrada Steve.

–En fin. –Comienzo a caminar a la cocina.

–Ire a dormir a casa de Kathe. –Es lo último que escucho antes de irme a preparar el desayuno.

Genial.

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Una bocina suena insistentemente y se que es el pesado de Sam. Tomo mi mochila y salgo.

-¿Podrías mover el culo? -Grita Sam desde su auto mientras cierro la puerta.

Me volteo y comienzo a caminar en cámara lenta. ¿Pasatiempo favorito? Molestar a Sam. Llego hasta el auto y me subo.

-¿Era necesario desfilar? Creo que hay 30 grados. Se te fritaron las neuronas, eso seguro. -Le enseño la lengua. Y el pone el motor en marcha.

-Jodete, por hacerme salir de la comodidad de mi casa. Sabes que odio la playa. Calor, sol, arena, gente con sus cuerpos perfectos...- Me corta en seco.

-No empieces con la bobada. Tú sabes que eres perfecta. -Ojala, soy un minion de 1,55 y mi grasa no esta muy bien distribuida, así que tengo algunos royos que me hacen sentir asquerosa.

No respondo nada. No me gusta hablar sobre eso. No ahora.

El camino hacia la playa lo pasamos escuchando música y cantando. Al menos yo, Sam estaba algo disperso y no parecía estar en el mismo lugar que yo.