|lauren jauregui

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      Por fin, dulce hogar de nuevo estar en mi casa sin ninguna preocupación de nada y sin tener que estar pendiente de llevar papeles de aquí para allá. Gire la manilla de la puerta luego de insertar la llave y que está diera dos vueltas.

     Lo primero que hice fue quitarme los molestos tacones de punta que traía, que incómodo era estar con esto doce horas al día. Luego deje el maletín en la mesa cerca a la puerta, este contenía unos documentos importantes que la abogada Hathaway me había encargado revisar por el fin de semana.

     Desabroché los tres primeros botones de mi camisa y me tumbe en el mueble de la sala, que rico se sentía después de un día arduo de trabajo, me relaje y la sensación me hizo cerrar los ojos para un mejor confort; a los segundos siento algo húmedo pasar repetidamente por mi cara haciendo que mis ojos se abran para encontrarme a mi pug Hope lamiendo mi cara y moviendo su colita demostrándome lo feliz que estaba de verme.

     Antes de que mi cerebro pueda procesar cualquier palabra, gesto u acción.

     -Hola amor- una voz más que familiar me sorprende, ahora la confusión que tenía es reemplazada por alegría.

     Dejo de acariciar a Hope y voy directo a dónde está parada mi pelinegra para enrollarla en un abrazo.

     -Mi amor ¿Cuándo?- la alegría de volver a ver a mi novia, debo aclarar que teníamos una semana sin vernos por nuestros respectivos oficios, me invadió.

     La chica de ojos esmeraldas me respondió de la mejor manera, juntando sus labios con los mios, simple pero se sentía como mi corazón latía eufórico por lo que ella me causaba.

     -Quería darte una sorpresa- después de aquel hermoso beso, me respondió -que guapa estás.

     Un guiño de su parte y ya podía irme de este mundo más que feliz.

     -Ay, amor- me separé de ella para sacar mi blazer y dejarlo descansar en la isla de la cocina, de dónde ella había salido minutos antes -debo de tener unas ojeras grandísimas, es que la Dra Hathaway me ha estado matando está semana.

     Me fuí a tumbar de nuevo al sofá y ella me siguió mientras Hope estaba olfatiando todo, quería volver a marcar territorio.

     -Espero que no te haya matado de la forma que estoy pensando- me vio con las cejas alzadas, agh no puede ser.

     -Ay no, Lauren- le dí un empujón y ya rió -que asco- hice como si estuviera vomitando causando su risa, pero la verdad es que la señora Hathaway tiene lo suyo; mi "asco" no era por su físico pues eso no importaba en lo absoluto, era solo que la veía como una tutora y hasta como una segunda madre.

     -Bueno, espero que no estés tan cansada- remojo sus labios y con solo esa acción ya sabía hasta que punto quería llegar, aparte de su seductora mirada clavándose en la zona donde antes cubría los tres botones de mi camisa, esas acciones determinaron lo que ella buscaba -porque yo si estoy dispuesta a matarte.

     En un movimiento ya estaba encima de ella, con mis manos en  su cuello y las de ella podía sentirlas acariciar mis muslos descubiertos por la falda de tubo; nuestros labios hambrientos se movían lento pero su lengua iba cada vez más profundo, su toque era como bajar al infierno y sus besos me devolvían al cielo.

     Un silbido peculiar me hizo aterrizar de nuevo y darme cuenta que era una simple mortal en manos de semejante diosa, que sabía utilizar sus encantos para provocarme miles de sensaciones electrizantes en el cuerpo.

     -Lo siento, cariño- me levante de sus piernas para ir de dónde provenía el sonido, mi maletín -de seguro es la Dra Hathaway, quedé en organizar su agenda hoy- mierda, casi me olvidaba de todo, si no era porque el teléfono empezó a sonar ya me hubiesen botado.

     Abrí el maletín mientras me mordía el labio nerviosa, no podía exitarme tan rápido solo con un beso ¿O sí? Claro que sí, es Lauren por dios.

     -Bueno bebé, puedo ayudarte con eso para que no te acuestes tan tarde- la ojiverde es un amor, mira esas mejillas sonrojadas y esa sonrisa perfecta -se nota que estás cansada.

     Asentí mientras le devolvía la sonrisa para ver las notificaciones en mi teléfono, y sí, era la Dra confirmando que necesitaba mañana a las 6am todos los números de los clientes y abogados, bufé quería pasar un agradable momento con mi novia y nisiquiera me había cambiado.

     Lauren había prendido el televisor y veía no sé que cosa ahí, creo que era el reality de las Kardashians, me senté en sus piernas y acaricie sus mejillas -Amor, disculpa sé que debí de darte una mejor bienvenida- me abrazo, prestándome toda su atención -a tí y a Hope, pero realmente esto es importante.

     -Bebé, es trabajo lo entiendo- beso mis labios, dejo un pico lo que me hizo sonreír por lo linda que es -aparte a Hope y a mí nada nos hace más feliz que poder estar en casa junto a tí.

     -Te extrañe mucho- la abrace por el cuello, sintiendo como mi corazón se ponía chiquitito por causa de sus palabras y por volverla a ver, sentir, estar con ella.

     Con una mano acariciaba mi cabello mientras yo me aferre a su cuello, aspirando su aroma, dejo besos esparcidos por mi mandíbula para luego agarrar mi cara entre sus manos; no puedo creer que ella sea parte de mi vida.

     -Yo te extrañe más, love- para proceder a dejar un besito en mis labios.
    

One shots - FamosxsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora