|madelaine petsch

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     Visualice a un conejo, aunque ahora tomaba la forma de un perro, deje de lado aquella figura que las nubes formaban para prestarle atención a la peliroja que se había tirado en mi abdomen, joder si pesaba, me sacó todo el aire de los pulmones y me dejó un dolor punzante en la boca del estómago.

     -¿De nuevo con la vista en la nada, babe?- apareció esa sonrisa cautivadora de la Petsch.

     -Joder- empecé a tocer y sobarme el área adolorida -casi me matas, Mad- frunció las cejas confundida, agh, si que es algo perdida la zanahoria -okay, ahora que puedo respirar puedo responder a tu pregunta- apoye mis codos en el césped y afloje un poco la corbata del uniforme para sentirme más cómoda.

     -Ah no, no es necesario que respondas- ahora era yo quién fruncía las cejas extrañada -Ay, Royal es más que obvia la respuesta, fue una pregunta retórica.

     Mis mejillas tomaron color o espero que no haya sido así, ya que sentía el calor arropar toda mi cara, lo que dijo me hizo sentir estúpida y apenada.

     -Mejor cállate, volcán en erupción- ella seguía riendo, sus ojos se achinaban haciendo ver a una Madelaine muy tierna.

     Cuando la risa seso y mis mejillas tomaron su color natural, la pelirroja tomo mi mejilla haciendo suaves caricias en esta y por la cercanía que teníamos empecé a ponerme nerviosa pero todo empeoró cuando noté que su mirada bajo a mis labios y por acto seguido yo bajé la mía a los suyos; grave error, mi corazón explotaría en cualquier momento por culpa de Madelaine y su lengua remojando sus apetecibles labios.

     Sonó la campana, haciendo que caiga en la realidad alejándome por completo de la pelirroja, yo no podía tener esa clase de pensamientos ni sentimientos por ella. Dejé de lado las nubes con formas extrañas y a la rara de Madelaine, últimamente se había estado comportando extraña y aunque quería dejar de lado está duda sobre su comportamiento mi curiosidad era más grande y lo descubriría.

     No supe si ella permaneció allí o se había parado y tomado otro rumbo a su clase, la verdad no tenía la mínima intención de voltear porque no quería volver a encararla después de ese momento y lo que eso haya significado; aún no me creo que estábamos a punto de besarnos ¿O sólo fue mi imaginación? Agh, yo no quería pasar por esto, estaba siendo una adolescente sin problemas ni dilemas estúpidos para que ahora tenga uno con una zanahoria.

     Genial, ahora la puerta de las clases de castellano está cerrada, deje un suave toque en la puerta y nada, así que di otros dos más para que una señora baja y con lentes me abriera la puerta.

     -Llega tarde, Royal- mordí mi labio avergonzada, este día no estaba yendo tan bien -que no vuelva a suceder- se hizo a un lado dejándome pasar y juro que tuve que haber hecho algo bueno para que dios me agradeciera de esa manera.

     Okey, todo bien, relájate y busca un asiento libre, allá hay uno. Ahora saca el cuaderno y vamos a estudiar y dejar de pensar en que estabas por besar a tu amiga de la infancia, con la que has hecho miles de pijamadas y le has visto descaradamente las piernas en esos, joder no, concéntrate en la clase.

     Un toque en la puerta hizo que yo desviará la mirada del pizarrón y viera había la puerta oscura de madera, la profesora resoplo dejando la tiza blanca en su escritorio y los demás estudiantes del salón empezaron hablar bajo.

     -Hey, Royalty- giré hacía atrás al escuchar la voz de Madison llamarme por el apodo que algunos de mis amigos solían usar conmigo -¿Qué estabas haciendo que llegaste tarde?- me dió una sonrisa la cual supe interpretar muy bien, pero su pregunta me hizo pensar en el encuentro que tuve con Madelaine y de nuevo sentía el calor apoderarse de mi cara.

One shots - FamosxsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora