Trébol de la Suerte

No quiero

Resumen: ¿Qué hubiera pasado si Yotsuba se rehusaba en que sus hermanas la acompañen en la luna de miel con Fuutarou?

Nota: Les traigo un What-If sobre el final del manga, en lo personal a mí me gustó salvo por un pequeño detalle que en este one-shot lo corrijo. Espero les guste.

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El día de la boda finalmente había llegado. Todo transcurrió con normalidad, aunque con algún que otro tropezón como a la hora de intercambiar los anillos. El nerviosismo de aquel recuerdo del viaje a Kyoto de hace cinco años todavía era vívido por parte de ambos, y fue suficiente para dejarlos en la nube por unos minutos. Y finalmente que la fiesta ya había terminado los recién casados conversaban entre ellos sobre el beso de la campana.

—Podría ser que en ese entonces...

Tal vez las sospechas de Fuutarou fueran ciertas, quería confirmarlo ahora que podía y dejar la incógnita atrás.

—Querida novia...—Le interrumpió una de las chicas a cargo de la recepción de bodas—. Olvidaste esto en la sala de espera. —Extendió el listón blanco.

—Wah, muchísimas gracias. —Agradeció en el momento Yotsuba.

Pero en ese mismo instante se dió cuenta de un detalle particular.

—Lo siento mucho, no creo necesitar esto después de todo, por favor tírelo. —Se disculpó con una mano en su boca.

—Como deseé.

Su esposo se levantó curioso del lujoso sillón por lo dicho de su esposa.

—¿Estás bien con eso? Es tu distintivo, a pesar de todo.

—Estaré bien.

«Cada una de ustedes es especial en su propia forma» recordó esas dulces palabras y mucho más que la hicieron tomar esa desición.

—Incluso si podemos parecer iguales... —Se dió media vuelta con un lindo sonrojo para mirarlo con amor a los ojos—. Sé que hay alguien que sí me puede reconocer.

Eso fue todo para dejarlo sin palabras ahí parado igual de rojo que ella cual adolescente de secundaria recién enamorado.

—¿Por qué no pudiste decirme eso antes? —Preguntó pasándose una mano por el pelo en clara señal de nervios.

—Lo siento. —Se inclinó como de antaño solía hacerlo cuando le convenció que el último festival escolar iba a ser un éxito—. Pero aún hay muchas cosas que quiero decirte, Fuutarou.

—¿Qué quieres decir?

—Fufu... Sobre eso...

La charla queda sobre el aire al ver sorprendidos a las cuatro hermanas esperándolos. Fuutarou fue el primero en quejarse, por supuesto.

—¿¡Qué hacen ustedes cuatro aquí!?

—¡Ustedes dos, buen trabajo! —Ichika ignoró su pregunta—. Fue una ceremonia muy bonita.

—¿Qué sucede con ese "qué"? ¡Ya lo hemos decidido! —Siguió Nino—. Lo que haremos después de la ceremonia...

Todas hicieron una pausa de unos segundos.

—¡El viaje de luna de miel! —Dijeron al unísono.

Su ex-tutor sentía que le iba a explotar la cabeza como tantas veces cuando les enseñaba y ellas no entendían nada.

—¿¡Qué!? ¿¡Están uniéndose!?

—Obviamente. —Respondió Nino.

Debían estar locas, ni un poco de paz querían darle en el día más importante de su vida.