𝑻𝒂𝒓𝒅𝒆 𝒅𝒆 𝒋𝒖𝒆𝒈𝒐𝒔

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Sumario: Jorge se hartó de que Benji lo ignore para jugar videojuegos, así que piensa darle su merecido.

Advertencia: +18】

— ¿Puedes dejar ese juego, Benjamin?

— Díez minutos más, bubba.

Garay estaba indignado. Muy indignado.

Le había enseñado a su novio a jugar Animal Crossing, y este se había quedado maravillado.

Donde antes pasaban las tardes llenas de amor, charlas o sexo desenfrenado, ahora había tardes eternas, donde Benji jugaba y Jorge lo miraba molesto.

No tenían (normalmente), mucho tiempo juntos, ya que podían verse una semana al mes, pero habían decidido pasar la cuarentena juntos -maldito virus- en el pequeño departamento de Jey, en Madrid.

Se levantó de la cama y caminó hacia él, con una idea formándose en su cabeza.

— ¿Bebé? — Lo llamó, un un ligero y necesitado gemido.

— ¿Sí, Jorge? — No había captado aún, ¿verdad? Entonces tenía que sufrir por no prestarle atención.

— ¿Cuanto falta para que termines de jugar? — Se sentó en su regazo, abrazandolo y permitiendo que Benji siguiera jugando despreocupado.

— Cinco minutos, cariño, y te prometo que... — Su voz no terminó de salir, ya que había sido reemplazada por un jadeo bajo cuando su novio besó su cuello, llenándolo de besos húmedos y ligeros chupones.

— Cinco minutos es suficiente.

 Y prosiguió a mover sus caderas, de un lado a otro y de arriba abajo.

Krol dejó salir un gruñido de excitación, sintiendo su creciente erección aprisionada contra la tela de los jeans y el trasero de Jorge.

Trató, con mucho esfuerzo, de seguir con lo suyo, pero perdió cualquier rastro de cordura cuanto vio al rubio arrodillarse frente a él, mirándolo con los ojos brillosos y salvajes.

Jey puso una mano sobre el bulto de su novio y masajeó, deleitándose con los gruñidos, jadeos y suspiros. Bajó la bragueta, y siguió con su ataque levantando la remera simple que Benji traía puesta, besando la piel caliente de su abdomen.

Bajó sus besos, rozando la lengua contra la tela de los bóxer, formando una pícara sonrisa.

— ¿Que haces? — Habló Benji, con la voz ronca y agitada por las caricias.

— ¿Qué, está mal? — Y luego de decirlo sacó la lengua, rozando intencionalmente el glande sobre la ligera tela elástica.

— No, para nada. — Puso una mano sobre sus rizos dorados y lo miró mordiendo su labio inferior.

Y Jorge hubiese seguido, si no fuese porque después de que una campanada de notificación sonara en el teléfono del más alto, éste agarrara su celular para revisarlo.

Así que le bajó de un tirón la ropa interior, sonriendo con el gruñido adolorido de Krol.

— La tela del bóxer no es suave, jorge, me raspó todo.

— Fue a propósito, bitch. — Contestó, con sus finas cejas fruncidas.

— ¿te enojaste?

Como respuesta, dejó que su aliento caliente rozara la punta roja de su miembro erecto.

Benji gruñó aún más ronco y dejó que su cadera se moviera, buscando contacto, buscando alivio.

Se lo coincidió, porque se lo veía desesperado, y dejó que la lengua húmeda y resbaladiza mojara los costados. Siguió con el glande, rodeándolo con los labios y chupando suavemente.

— M-Mierda, Jorge. — Empujó su cadera una vez más, y Garay se metió -Al fin- su pene en la boca.

La boca de Jeyjey estaba húmeda y caliente, resbaladiza y perfecta.

Movió la cabeza de arriba abajo, en un pausado vaivén, mientras alzaba la mirada y lo veía de forma desafiante. La mirada retadora, los rulos dorados, el fuerte sonrojo en sus mejillas y el hilo de baba que chorreaba desde un costado de su boca hacía todo más caliente para Benji.

Y gimió, cuando la punta de su miembro rozó la campanita de Garay, quien comenzaba a mover aún más rápido su cabeza.

Terminó de perder completamente cuando lo sintió chupar, así que tomó su cabello con fuerza y le indicó un ritmo más rápido, duro y profundo. (Claro que, si Jorge no se había ahogado para ese punto era porque estaba perfectamente acostumbrado a la anchura de Krol, y ya lo había hecho un par de veces antes)

Así que se lo permitió, mientras (intencionalmente) bajaba una mano a su propio miembro.

Bajo la mirada atenta de Benji, Jorge empezó a tocarse, gimiendo despacio y continuando con su tarea de satisfacer al castaño.

— Bebé — Jaló el puñado de rizos en su mano y lo separó de su entrepierna, de un suave tirón.

— ¿Si, Benji? — Estaba despeinado, sonrojado y con un hilo de baba conectando desde su boca (La cual se veía tan caliente como siempre) a la punta de su miembro.

Incluso sin responder, lo hizo pararse y lo acercó a la cama, haciéndolo poner de rodillas y con el pecho apoyado en la cama... dejando su parte baja a la merced de su novio.

Bajó con suavidad el pantalón y la ropa interior de Garay, acariciando su cadera con suavidad en el proceso.

Besó su espalda, siguiendo la línea de la columna.

— Ya follame, bitch. — Movió su cadera amenazante, necesitado de atención y de un buen sexo. Benji mentiría si dijera que no amaba ese lado descarado de su novio.

Pero, al contrario de como pensaba, Benji obedeció. Colocó la punta de su miembro en su entrada y empujó, disfrutando el grito que salió de la boca de Jorge. Su miembro estaba lubricado por la reciente mamada, así que le fue fácil empezar a moverse.

Primero fue lento, lento y sin pausas.

Pero conforme la habitación se ponía más caliente y el menor pedía más no pudo resistir aumentar la velocidad de sus embestidas. Jorge arqueaba la espalda, gritaba, gemía y pedía más. Así que Benji se lo concedía, sintiendo un escalofrío de placer cuando tocó la próstata de Jey y este le regaló uno de sus muy eróticos gemidos.

Y cuando, después de violentas embestidas, llegó al climax en su interior, no pudo hacer más que llegar también, sin haberse tocado y con un sonoro suspiro.

Regularon sus respiraciones y Benji salió de él, besando su nuca con dulzura y acariciando con suavidad las marcas que le habían quedado en la cadera.

Lo alzó, lo limpió y lo acostó a su lado, besando sus mejillas y preguntando si estaba bien, si no le ardía nada o si necesitaba algún ungüento.

Y Jorge sonrió, maravillado, porque había logrado su cometido y porque tenía un novio antento, hermoso y caliente.

— ¿Ves que, en vez de pasarte la tarde en la computadora, la podemos pasar juntos jugando otros juegos?

𝐼 𝑙𝑖𝑣𝑒 𝑦𝑜𝑢 || 𝑂𝑛𝑒-𝑆ℎ𝑜𝑟𝑡 𝐵𝑒𝑛𝑗𝑒𝑦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora