Sumario: Donde Jorge le hace una corona de flores a Benji, el niño misterioso que va con él al jardín.
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Jorge Garay estaba feliz esa mañana.
No todos los días empiezas el preescolar, ¿verdad? Y menos aún, no todos los días tienes una mochila tan cool para alardear en la escuela.
Mientras caminaba con una mano aferrada a su madre y otra a su mochila de Toys Story, se puso a pensar en los nuevos amigos que haría. Quería que fueran muchos de ellos, para poder invitarlos a merendar a su casa.
Y algo así fue, ya que en un día logró hablar con todos sus compañeros de clase.
Salvo uno.
Había un niño que no había hablado con nadie. Un pequeño de cabello castaño y hermosos ojos marrones que no había cruzado palabra con ninguna persona.
¡Ni siquiera se sentó a hacer manualidades!
Y eso había despertado curiosidad en el pequeño rubio; ¿Le pasaría algo? ¿Será muy tímido? ¿No le gusta hacer manualidades? ¿O qué si no le gusta Toys Story? ¿Sus padres son buenos con él?
¡Nadie lo sabía! ¿Y por qué? Porque ese niño era todo un misterio.
▪▪▪▪🍌🍓▪▪▪▪
Y así había pasado toda una semana, en la cual había intentado hablar con "Benjamín" - según había dicho la maestra - sin resultado alguno.
Normalmente lo ignoraba, o caminaba lejos de él, así que aún no conocía su voz.
Suponía que debían faltarle amigos, porque siempre estaba sólo haciendo sus cosas en silencio, sin llamar la atención de nadie.
Pero había descubierto algunas cosas del misterioso castaño: Le gustaba dibujar, y también las flores, porque siempre se encontraba haciendo esto en las horas de dibujo, y se notaba que era lo que más disfrutaba.
También le gustaban las fresas, ya que siempre las llevaba para comer a la media mañana y lo hacía siempre a gusto.
Pero seguía sin entender su soledad. A nadie le gusta estar solo, ¿No?
O tal vez nadie además del pequeño Garay se acercaba a hablar con él, y este no le agradaba a Benjamín.
¿Y haciéndole un regalo? Tal vez con eso dejaría de ignorarlo.
¿Que podría ser? Tendría que ser algo que le guste.
Flores...
Fresas...
Dibujos...
Flores...
¡Flores! ¡Eran perfectas!
¿Un ramo? No, muy de boda, ellos no se iban a casar.
Aún.
Tal vez una ¿corona? Había visto en una revista como se hacían las coronas y siempre le pareció algo bonito.
Y eso hizo, juntó, de camino a casa, flores de todas las plantas que tuvo al alcance de sus pequeñas manitos.
Y al llegar a casa, después de saludar atolondradamente a su padre, se encerró en su habitación a trabajar en lo que sería su obra maestra.
Flores rojas aquí. Amarillas acá. Un hilo más allá y un montón de pegamento.
Listo.
¡A Benjamín le iba a encantar!
▪▪▪▪🍌🍓▪▪▪▪
Así al otro día, y con su creación guardada cuidadosamente en una bolsa, corrió al colegio lleno de emoción y nervios.
Realmente esperaba poder ser amigo de ese niño.
Entró a su salita y lo buscó con sus grandes ojos por todos lados. Desde la esquina de los juguetes a los lugares donde la maestra guardaba las cosas de arte.
¡Ahí estaba!
Y corrió, de nuevo, hasta donde estaba su futuro mejor amigo.
— ¡Oye! - Tocó su hombro, sonriendo cálidamente. — Hola, tengo algo para ti, para que seamos amigos.
Y sacó con cuidado la corona, viendo como los ojos del pequeño Krol se habrían con asombro.
— Es... ¿Es para mi?
Jorge se emocionó al escuchar su voz — Sí, lo hice anoche.
— Es muy linda.
— ¿Quieres que te ponga la corona?
— Claro. - Sonrió, y para Jorge era la sonrisa más bonita que había visto.
Colocó con cuidado la delicada corona en el cabello lacio y despeinado del más alto, fijándose de acomodarla bien.
— ¿Cómo te llamas?
— Jorge, pero me dicen JeyJey. ¿Y tú?
— Dime Benji.
— ¿Amigos?
El contrario asintió, aún con un leve sonrojo en sus mejillas. — Amigos.
