VII

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El día en que yo me case
mi vida cambiará,
cual si al vacío me lanzaré;
yo juraría ante el altar.

El día en que me case
pido a Dios misericordia,
por los matrimonios que ultraje
a lo largo en mi historia.

El día en que me case
se hará la primavera
y no importa si el tiempo
tormenta o invierno espera.

Será la continuación
de aquella lejana, triste
y anhelada canción
que de niño cantó mi corazón.

Inicio de la familia sagrado,
que mi honor ante Dios
habrá proclamado
gobernar, proveer y proteger,
hasta mis manos haber desgastado.

El día en que me case
mis ojos mirarán,
sobre sus mejillas
una lágrima rodar;

- ¿porque lloras doncella?
Le habré de preguntar
- De alegría mí amado
Ella responderá.

Y es que si yo me caso
divorcio no habrá,
en mi vida solo una mujer
y sus encantos reinaran.

Esa hermosa mujer
¿dónde estará?,
¿Sera que piensa como yo?
y ¿me habrá de perdonar?

Porque aún no se
ni el día, ni la fecha
en que yo me casaré.
Pero mía será ella
Y de ella yo seré.

¿Para qué vivir la vida
que mis padres me dieran
si en ella hijos e hijas
yo no tuviera?

Así un día si el amor
me falta por mi esposa,
por mis hijos la veré tan
bella y tan pomposa;

Que me enamoraré otra vez,
le llevaré ramos de rosas,
y la recordaré tan radiante
Y tan hermosa,

Así será el día aquel,
el día en que yo me casé.


PD: Porque recuerdo muy bien
todo lo que sufre un niño, cuando antes de poder volar
Se ha caído ya el nido.

José Carucí

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