1.- OAV

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Mis camaradas y yo estuvimos cerca, pudimos saborear la miel, la ginda del pastel, ya estábamos todos a salvo y lejos de la ciudad y atrincherados en los campamentos. Poco tiempo después, Kai mencionó un nuevo plan el cuál todos ansíabamos oir, ya que portábamos sospechas acerca de él; o mejor dicho, pronósticos.

Bien, ninguno erró, ni siquiera yo mismo. Él mismo ideó un plan que anteriormente nadie tuvo valor para ejecutarlo, atacar Dema. Mis amigos banditøs ya lo hicieron una vez, y fracasaron en el intento... atacar la ciudad de la mismísima orden diabólica no era cualquier juego de niños... pero mi gran amigo visionario poseía más agallas y conocimientos que pelo (y ya era decir, por la extensa melena leónica que portaba) tenía lo que hacía falta para organizarnos a todos. Todavía no lo asimilaba, qué suerte la mía, haberme topado con un tipo como él, después de todo, no todas las personas de Dema son seres sin alma; tan solo hay que saber buscar y lo encontré. Él me ayudó a huir por un periodo de tiempo, quería que me reuniese con todos los demás... tan solo faltaba yo para llevar acabo esta obra maestra.

El plan fue confidencialmente nombrado como OAV, operación antivialismo. Esta vez todos lo sabíamos, era la definitiva, la ciudad sucumbiría ante pétalos y música de color amarilla; era un plan prodigio, ideado por otro prodigio, no podría salir nada mal. Aunque por desgracia y sigo sin hallar el por qué, subestimamos a nuestros enemigos...

Nicølas Bøurbaki fue más rápido que nosotros, creo que esta fue la primera vez que el miedo tembló por toda la misa de la ciudad... eran conscientes del poder que habíamos logrado, hasta se podía comparar con el vialismo de ellos, imaginaros. Y al no ser unos enemigos de poca monta, supieron anticiparse a nuestras acciones y nos vencieron antes de que pudiésemos llegar hasta los muros... podría haber sido el final de Dema, camaradas... podría haberlo sido.

Por suerte, no todos decidieron partir hacia la ciudad. Había gente que elegió un camino más prudente acorde a sus necesidades y esta personas decidieron quedarse en los campamentos, aunque son un número muy reducido... entre ellos Tyler, Josh y mi mejor amiga. Al resto, nos apresaron en las mazmorras de Dema; y lógicamente no entrabámos todos en las celdas y... lo que a continuación voy a escribir va a ser como un arpón para mí, porque resulta muy autodestructivo hacerlo... pero la realidad es que en base a que no había sitio para todos, decidieron matar a los que no disponían de celda... He perdido a demasiada gente por esto, pero no me arrepiento de haberlo intentado ya que fue un paso de alcanzar la libertad, y lo repetiría una y otra vez hasta conseguirlo aunque se me esté partiendo el alma escribiendo esto.

En cuanto a las celdas, eran en dúo, y con suerte. Apenas podíamos caber en aquellas habitaciones, ya que el espacio lo cubrían paredes sólidas de hormigón, un cristal de neón en el techo y una cama. Si precisábamos de satisfacer necesidades básicas, se hallaba una especie de agujero donde hacerlo. Este trato era inhumano pero a pesar de todo, lo que más me incordiaba era el maldito cristal de neón. Como sabréis, el cristal de neón es el ingrendiente básico que se encarga de pudrirnos la mente, es como un proceso de asimilación al vialismo y lo que poco a poco hace que seamos unos corrientes ciudadanos de esta ciudad, para siempre... Y pensándolo bien ¿acaso era este el final de la rebelión? ¿Este es el comienzo de nuestro verdadero este?



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