Me encerraron a empujones los secuaces de los obispos en la celda, aunque fue una buena noticia que me hubiese tocado concretamente en aquella. Lo vi aproximarse a entrar, con sus muñecas apresadas bajo la tutela de los secuaces, no pude evitar esbozar una aliviante sonrisa.
Kai :- ¡Sabandijas! ¡Juro haceros papilla en cuanto salga de aquí!
Blasfemó, por todo el pasillo. Varios de los nuestros siguieron sus amenazas acompañado de gritos y chillidos, que retumbaron por toda la mazmorra. Era evidente que hasta muchos en pocas circunstancias se encontraron en Dema, era nuevo para ellos y compararía a mis amigos como unos mismísimos feroces leones enjaulados, dispuestos a arrancar la vida a sus presas... y es un triste hecho que la rabia por muy fugaz que se sienta, dentro de la pared se queda.
Al pobre lo echaron a patadas aquí dentro, lo mío se quedó corto; donde acto seguido probó con sus dientes el duro metal del suelo.
Secuaces :- Usted no va a ninguna parte, sea bienvenido de nuevo a Dema, y dudo que tenga que dársela de nuevo; buenos días.
Dijeron con esa jerga fría y cruel tan representativa típica de esta ciudad, mientras marcharon de nuevo a la superficie.
Mario :- ¡Amigo mío! ¡Creía haberte dado por muerto!
Festejaba con mis palabras, mientras le ayudaba a reincorporarse dado al terrible impacto que sufrió en todo lo que venía a ser su constitución dental.
Kai :- ¡Dichosos los ojos! ¡Por dios...! Ya sabes que matarme no es tan sencillo, menos mal que compartimos celd...
No pudo ni acabar su oración, de hecho al mirarle más detenidamente, comenzó a sangrar progresivamente.
Mario :- Descuida, no pronuncies una sola palabra más, es casi la hora de que nos den de desayunar, y en verdad... honestamente, no sé si temo más a Keons o a la comida de Dema.
Nos reímos, a pesar de la situación.
Mario :- Pediré a los que lleven la comida una gasa con agua oxigenada, no te preocupes.
Kai :- Gracias, me alegra un montón verte sano y salvo, dentro de lo que cabe.
Esta vez pudo alzar un poco más la cabeza, ya que el tremendo golpe le restó toda clase de energías y seguidamente me miró los ojos y me dió un débil abrazo con las fuerzas que disponía; aunque era el más honesto posible.
Una vez se apartó, escuché cómo las puertas de las celdas resonaban de la misma forma que un martillo golpería un yunque... era todo un martirio para nuestras mentes recién procesando a primera hora matutina.
Secuaces :- ¡Despertad! ¡Vamos, vamos, vamos!
Nos ordenaron, con mucha delicadeza, nótese la ironía. Las puertas de hierro de nuestras celdas contaban con una pequeña trampilla qué representaba el canal por el cual nos darían las raciones de comida, tan pequeño que hasta mi talla 44 de pie casi superaba la longitud de la misma, imaginaros qué cabría por esa minúscula entrada... Kai y yo terminaríamos desnutridos, definitivamente... es obvio que la prioridad de las medidas de seguridad tomadas por el régimen obispo rozaban hasta la paranoia.
Estos hombres comenzaron a repartir lo que deberíamos llamar desayuno, que básicamente constituía de dos tostadas semiquemadas con dos vasos de leche, intuyendo que era uno para cada individuo.
Una vez terminaron, los secuaces se colocaron estratégicamente en los bordes de las paredes del pasillo de la mazmorra, según podía presenciar a través de los barrotes de la habitación, de forma firme y transformando el rostro en una constancia de apatía. Ya me conocía esto... se acercaba alguien importante.
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Level of Concern
FanfictionHistoria tributo a la nueva canción de twenty one pilots, enfocándola a mi realidad o percepción acerca del caos provocado por esta pandemia global