Josh tuvo la amable cortesía al llegar a Quibél de ofrecer instalarme en una habitación que se hallaba en uno de los cuatros flancos del castillo, que se formaban en torres; nunca había dispuesto de tanto lujo y comodidad en un dormitorio, únicamente para mí, por lo cual le rogaba una gran gratitud por lo que hizo y ha hecho por mí todo este tiempo. Me respondió que no fue nada el muy cabeza de chorlito, él siempre tan despreocupado... tanto que no se da cuenta de todo el bien que le puede a hacer una persona, no es ni lo más mínimamente consciente. Le aprecio muchísimo, como lider y más aún como amigo y compañero.
Al despertar, con mantas y sábanas que colgaban por todo mi cuerpo, decidí asomarme al balcón y apreciar las potentes vistas que la cordillera de Quibél podía ofrecerme... Era una amplia extensión de llanuras de un tono verde cian, salida de una pinareda que recuerdo subir con gran dificultad, ya que se encontraba muy empinada del principio de la montaña. Por los alrededores se diluviaba la niebla que reflotaba por el horizonte del cielo, mientras que al otro lado de ese horizonte se encontraba el mar, nunca he sido un fiel amigo del agua y el océano, pero aquella apreciación resultaba realmente hermosa. Diría que lo más feliz de todo aquello, era que Dema se veía muy lejos de nosotros, tanto que solo compartía el tamaño de una hormiga comparado con todo el paraje, lo cual nos hacía sentir muy seguros y protegidos. Y a pesar de todo aquello, mi mirada poco después se dirigió a otro lugar... y hasta el mismísimo Quibél me pareció una tontería insignificante comparado con la solemnidad y gallardía, la belleza que la cual tanto le sobraba a aquella chica... y eso sí que era un digno placer de contemplar. En ese momento pude darme cuenta lo mucho que la he extrañado todo este tiempo, con esos elementos suyos tan claros como lo eran su habitual moño rubio recogido, la amable y cordial mueca de sus gruesos labios, acompañándola de hoyuelos que hacían compacta y definida su cara, esa cabecita tan pequeña y esas ganas tremendas de vivir que me transmitía... mi mejor amiga.
La vi ensayando su habilidad con el arco en el patio del castillo, y como de costumbre, con un auténtico ojo para ello. Supuse que la mejor opción era acompañarla en aquella práctica, por supuesto, entonces bajé escaleras abajo como un caballo galopante con mis mayores ansias de verla. Me sentía muy feliz, hacía un mes que no sabía de ella desde que la asignaron a otro campamento, no tenía ni idea de que se encontraba aquí, los ojos se me encharcaron mientras corría y... una vez en el patio...
Mario :- ¡No has perdido ninguna práctica, eh!
Le grité, con una sonrisa más amplia que el mismísimo universo, aunque con los labios fruncidos, ya que me percaté a terminar mi oración que me temblaba la voz, me encontraba muy nervioso. Le extendí mis brazos para que viniera.
??? :- ¡Mario!
Soltó el arco de manera seca, mandándolo directamente al césped y seguidamente ella corrió a abrazarme, a lo que correspondí. En ese momento sentí que el tiempo se paraba, menos la temperatura, que constaba de un calor masivo. La tremenda energía con la que lo hicimos hizo que nos levitásemos en el aire un milisegundo, y por ende cayendo al suelo con mi cuerpo arropado en el suyo. Admito que por un momento se me escaparon las lágrimas por el rabillo del ojo, no sé si era de emoción o la consecuencia de reirme a carcajadas junto a ella, el reencuentro fue mágico y diría que fue uno de los momentos más dulces de toda mi vida, sin lugar a duda.
El cierre brusco de un portón de madera robusta nos hizo de boomerang a nuestras cabezas, mientras permanecíamos en la hierba tumbados encima del otro.
Josh :- ¡Pero bueeeeno! ¡Que esto es una fortaleza! ¡No una plaza eventual de romances adolescentes! ¡Esto es serio, por dios!
Vacilaba, levantando los brazos y poniendo las palmas en alto, fingiendo querer desentenderse de estos acontecimientos.
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Level of Concern
FanfictionHistoria tributo a la nueva canción de twenty one pilots, enfocándola a mi realidad o percepción acerca del caos provocado por esta pandemia global