𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙚𝙡𝙚𝙫𝙚𝙣

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La madre de Stan había regañado al chico muy fuertemente cuando se enteró de que su hijo había peleado en el colegio, tanto, que ella casi lo golpea a él, pero cuando el chico le dijo lo que había sucedido (ocultando que tenía novia, porque si lo ...

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La madre de Stan había regañado al chico muy fuertemente cuando se enteró de que su hijo había peleado en el colegio, tanto, que ella casi lo golpea a él, pero cuando el chico le dijo lo que había sucedido (ocultando que tenía novia, porque si lo decía, tal vez, hasta le prohibían ver a Barbs) la señora se calmó.

Por otro lado, la pelinegra no sabía qué hacer con respecto a la amenaza de Greta. Se había comenzado a sentir cómoda con respecto a sí misma, y venía la hija del farmacéutico, arruinando todo lo que la chica había logrado construir.

La abuela de Barbs no le había dicho nada más a la chica, le dedicaba miradas de reproche, bastantes, pero ya no le decía cosas cuando veía que los chicos le iban a buscar para ir al cine, o para ir a jugar a alguna de las casas de ellos.

Esa tarde de viernes, la anciana no estaba en casa, ya que su turno en el trabajo terminaba varias horas más tarde de lo normal. Su primera idea fue llamar a sus amigos para ver una película, pero luego se dio cuenta que nunca había estado totalmente a solas con Stan, así que lo llamó sólo a él.

Marcó su número, y tuvo que esperar varios tonos antes de que alguien contestara. Era su madre.

—¿sí? —preguntó la mujer apenas levantó el teléfono. Barbs, nerviosa, aclaró su garganta.

—ho-hola, me llamo Barbs, soy amiga de Stan—se presentó, comenzando a morderse el labio.

—ah, hola linda, déjame llamarle—. Se escuchó su grito llamando a su hijo. —ahí viene, espéralo por favor—­.

—ok—susurró la pelinegra. Golpeó sus dedos contra el suelo mientras aguardaba. Un par de minutos luego escuchó otra voz en el teléfono.

—hola—saludó, sin poder ocultar su sonrisa.

—hola Stanley—se removió nerviosa. —oye, mi abuela no está en casa, y quería hablarte de algo ¿puedes venir? —preguntó, aterrorizada.

—¡claro! —dijo el chico emocionado. Se giró y miró a su mamá, quien lo miraba como si estuviera a nada de cometer un crimen. —entonces, te espero allá, con los chicos—dijo, esperando que, de esa manera, su madre no supiera lo que pasaba.

—no, solos—respondió Barbs. —o, bueno, si quieres los llamo también— dijo un poco desanimada.

—¡no, no, no! Ya lo sé, los veré allá entonces—Cox sonrió.

—ah, ya comprendí, sí, te espero—rió nerviosa. Stan sintió una sensación cálida en el estómago al oír la risa de la chica. —adiós—se mordió el labio, de nuevo.

—adiós—dijo Stan y colgó. Se volteó hacia su madre y sonrió. —saldré con mis amigos un rato—mintió. Su madre entrecerró los ojos.

—ok, ve, no le diré a tu padre—sonrió la mujer. —no tienes que engañarme a mí, Stannie—la mujer se acercó al chico, y besó su frente. —se escuchaba como alguien agradable, debería conocerla algún día—. Se alejó de su hijo.

❝Tits❞ ↝ Stanley Uris ↜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora