𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙣𝙞𝙣𝙚

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Stan se miraba en el espejo, analizándose y sonriendo ligeramente

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Stan se miraba en el espejo, analizándose y sonriendo ligeramente. Por fin estaba listo.

Había pasado más de una hora probándose distintas camisas y distintos pantalones para usar en su "cita" con Barbs, aunque no era eso, era otra salida con los perdedores. Pero era la primera salida con los perdedores como novios.

No se habían visto en dos días, pero la cuenta del teléfono de los Uris ese mes iba a estar por las nubes.

La parte de que estaban juntos la ignoraron completamente, y sólo se dedicaron a charlar y charlar acerca de cosas que jamás se atrevieron a preguntar por miedo a dejar de gustarle al otro. Incluso Barbs habló de su abuelo, y Stan de su padre. Hablaron de todo; sueños, pasatiempos, esperanzas, en todo lo que creían. Todo, menos en dos cosas: cómo le iban a decir a los perdedores, y su relación.

Acordaron que Stan iría a buscarla a su casa antes de juntarse, y planificarían algo rápido. Y en eso estaba el chico en esos momentos.

Barbs, por su parte, se estaba peinando el cabello sumergida en el nerviosismo de su próximo encuentro (al igual que Stan).

¿Y si la veía de nuevo y se arrepentía? ¿O si lo había pensado mejor y, en realidad, estaba confundido? ¿si se había dado cuenta que habían chicas mucho más lindas y buenas para él, por ejemplo, Beverly, o Jessica, la chica judía de su salón? ¿Si realmente era una broma, y nunca sintió nada?

Estaba aterrada, y cuando escuchó los golpes en la puerta, fue aún peor. Se miró al espejo por última vez. Su camiseta negra de mangas cortas, y su short de jeans gastado le quedaban bien, se veía bien. Sonrió. Un par de semanas atrás no hubiera usado eso, ni loca.

Bajó la escalera con una sonrisa leve, estaba ansiosa por ver a Stan. Abrió la puerta, y lo vio apoyado en su bicicleta, a un par de metros de distancia de la puerta.

Se veía muy guapo. La piel blanca de sus mejillas estaba sonrosada, un par de mechas de su cabello brillante y sedoso caían sobre su rostro, y había un gran detalle que a Barbs le causó gracia notar, pero que hacía una gran diferencia. Tenía la camisa fuera del pantalón.

Cuando la pelinegra lo vio, no pudo evitar sonreír, ansiosa y muriendo de nervios, cosa que Stan también sentía. Le devolvió la sonrisa

-hola-dijo él suavemente. Barbs se mordió el labio, nerviosa.

-hola-susurró. Y es que la voz no le daba para más, ¿cómo iba a hablar bien cuando él estaba frente a ella, y mirándola así?

Cerró la puerta tras ella al comenzar a caminar hacia él. Cuando llegó a su lado, no sabía si besarlo, abrazarlo, o simplemente sonreír, pero esa decisión fue tomada por Stan cuando dejó un rápido y tímido beso sobre los labios de la chica. Se separaron y Barbs desvió su mirada al suelo, mordiéndose el labio un momento, hasta que se atrevió a mirarlo y sonreírle como una boba.

❝Tits❞ ↝ Stanley Uris ↜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora