—Te apetece churros con chocolate.
—¡Ay no me apetece otra cosa!.
—Se enfriaran
—Da igual.
Ambos se fundieron en un beso interminable, ni siquiera oyeron el piar de los pájaros esa mañana sólo el latir de sus corazones. No podian frenar, estaban a punto de...
Riiiiing
—Joder.
Se levantó confundida y acalorada. Luego caminó hasta el baño que era más estrecho que el que usaba antes.
Corrió el agua fria por su cuerpo, se sentía mejor pero en ese momento recordó el sueño. No sabía qué leches le pasaba.
¿Por que ese joven aparecía en sus sueños?
Después de desayunar tostadas con mantequilla y zumo del hacendado,
Luego se arregló.
Necesitaba ir puntual al trabajo. Solo quedaba dos semanas más y luego se pondría a buscar otro empleo.
Su amiga Leti le comunicó que hacian falta chicas para la limpieza de hogar o para las oficinas.
Eso suponia tener un sueldo mejor. Luisa era un amor pero le pagaba una miseria.
Al llegar ya Luisa la esperaba. La dejó al cargo de la tienda mientras ella iba a la farmacia.
Tras terminar de limpiar las estanterías y colocar todo miró el mensaje de Miriam.
*Esta noche es la cena con el pijo.
Le llamé y al parecer está libre.
Dice Leti que es una trampa, que busca reirse de nosotras.
*No sé, la verdad es que es un tío extraño, el dia que estuve en casa de Leti me dijo que queria que le diera una oportunidad para que nos conocieramos.
*Ahi está la cosa, va detrás tuyo. A mi tambien me ha invitado por algún motivo.
*No sé que pretende. La verdad no me apetece quedar. Seguro que me sentiré incómoda.
*Tranquila ya inventaremos algo para salir del paso. No durará casi nada esa cena. Mira que citarnos a las dos.
Tenía razón, ¿a quien se le ocurre invitar a dos mujeres?..
Leila no sabia que ponerse para esa salida pero ya lo decidirá a última hora. Buscó por internet el anuncio de trabajo.
Leti le dejó la página y ahi salia el teléfono. Lo apuntó en un papel.
Tan pronto saliera del embrollo estaría más relajada. Sin embargo todavia el sueño la inquietaba.
Miriam la esperó apoyada en su coche.
Leila apareció unos minutos después.
—Si piensas que con vaqueros y una camisa conseguirás impresionar al tal Victor.
—No sabia que ponerme y no quiero impresionar a nadie.
—Amiga, a un restaurante de pijos no puedes ir así. Ok, vamos a mi casa y te presto algo.
Ellas aparecieron unos minutos tarde de la hora. Victor estaba alli charlando con un camarero.
Ambas lo espiaron antes de llegar a el.
—Se nota que su atuendo le debe de haber costado un dineral.
—Es un pijo, es normal que vista de marca.
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La mentirosa_ Edicion
Novela JuvenilUn gran amor a las puertas y no el que consideraba antes. Se aprende a dar sentido lo que es la amistad. La valentía por salir adelante a pesar de las dificultades. Y los personajes tienen sus vaivenes emocionales, se contradicen etc. Por ejemplo G...