❝ sunflowers; vhope. ❞

♡; ¡nuestras gotitas de miel!

Aclaración.
Hola preciosos, tenía planeado hacer esto para todos ustedes cuando llegáramos a las 600 visitas, se preguntarán en qué consiste, bueno, haré un capítulo donde hable de algo en especial por cada trimestre, lo cual significa que habrá otros dos más, espero y les guste.. muchísimas gracias por las 600 vistas, ¡los amo tanto! disfruten mis bebés, si notan algun error ortográfico, háganmelo saber, ¡muchas gracias por leer! nos vemos en el próximo capítulo.

nota: la historia en si ya está terminada, solo que decidí darles este pequeño regalito, pero no planeo seguir esto la verdad, a menos que ustedes quieran, ¿qué opinan?

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tercer mes.

Hoseok se hallaba en las tiendas de maternidad buscando ropa nueva, ya que los pantalones de Taehyung ya tampoco le quedaban muy cómodos, los que traía puestos eran los más sueltos que tenía su esposo e igual los sentía un poquito apretados a su cadera. Llevó su diestra a su vientre y lo acarició mientras con la zurda tomaba algunas prendas que iban agradándole; realmente estaba concentrado en su labor, pronto dejaría de trabajar como pediatra y eso le hacía estar un poco triste, dejaría de ver a sus pequeños, pero por otro lado, sabía que guardaría algo de reposo para tener su propio cachorrito.

Al paso de unos largos minutos, su teléfono comenzó a sonar, sacando al omega de su concentración, lo atendió mientras se iba a sentar a un pequeño sofá con el cual la tienda contaba.

— ¿Hola? Jung Hoseok...— apenas pudo murmurar cuando fue interrumpido por una grave voz al otro lado del teléfono que hizo que todos los vellos de su cuerpo se erizaran y su lobo comenzara a emocionarse.

— Doctor Jung, necesito la cura para que mi alfa deje de llorar cada que no está cerca de mi... acabo de salir del trabajo, voy hacia el centro comercial, ¿sigues en maternidad? — Agregó Taehyung mientras orillaba el auto para evitar hablar por teléfono mientras conducía, el omega emitió un sonido de afirmación.

— Sip, taehyungie, aquí estoy, también quería que me ayudaras a escoger algunos muebles, el tiempo pasa volando, amor.. — Agregó el omega. La charla transcurrió por unos cuantos minutos hasta que esta fue cortada. Hoseok continuó escogiendo un par de prendas más, cuando terminó, se dirigió a la caja para pagar. Dio un pequeño saltito de susto cuando sintió unas fuertes manos enredarse en su cintura y unos labios que se pegaban a su nuca. Se dio la vuelta y sonrió ampliamente al notar a su hombre frente a él; sintió sus piernas flaquear al notarlo ahí, tan guapo, con aquellos caireles azabache caer por su frente y esa sonrisa cuadrada sobre sus labios. Fue inevitable colocarse de puntillas y estirarse para recibir un corto beso sobre sus labios.