Observe cómo mi profesor de anatomía se acercaba a mi lugar lentamente y con una sonrisa, tranquilamente con su voz paternal me comunico que la clase había terminado hace diez minutos y yo me había quedado perdida en mis pensamientos, ignorando a todos mis compañeros que como salvajes habían salido apresuradamente apenas la clase había terminado.
Así que me fui en silencio en un profundo mar de suspiros a mi casa.
Ya fuera de mi casa, aun seguía pensativa, las clases de psicología de esta mañana me habían dejado de una manera aturdida, hoy se hablo del efecto de una muerte en una familia y la comunicación que debe emplear uno al comunicar la terrible notica de que un familiar o amigo había muerto.
— ¿Abi eres tu? — gritó mi hermana Lizz apenas cerré la puerta a mis espaldas.
— Si, soy yo ¿donde está mamá? — dije fuertemente para que me escuchara mientras subía las escaleras en dirección a la habitación de la chica.
— Fue a comprar al supermercado — me dijo apenas entre en su habitación, donde me recosté inmediatamente en su cama, mirando el techo.
— ¿Y Ben?
— Con su novia.
Levante un poco mi cabeza observándola levemente — Ocupa ese pantalón con una blusa de color simple ¿A donde iras?
Lizz estaba cambiándose continuamente de ropa, así que supuse que saldría, ya que se estaba arreglando más de lo común.
— ¿Tendrás unas cita? aww, mi hermana adolescente tendrá una cita, que tierno — me reí mientras ella me golpeaba en la cara con una almohada.
— Saldré con mis amigas al cine.
— Okey, okey, me iré a mi habitación, ten cuidado ¿Te vendrán a buscar? — pregunte mientras me levantaba de su cama y agarraba mis cosas.
— Si — y justo en ese momento sonó un claxon fuera de la casa, Lizz tomó su bolso y salió corriendo escaleras abajo, saliendo fugazmente de la casa.
— Si, adiós a ti también — murmuré ya sola en la gran casa.
Okey, momento de presentarme, soy Abigail Bennett tengo 19 años, estoy en mi segundo año de medicina, mi sueño desde pequeña a sido ser una gran doctora, y lo estoy intentando cumplir. Tengo una intensa pasión por la música, raro en mi familia, ya que a nadie le interesa en ese ámbito de llegar a tocar instrumentos, con suerte a cantar los coros de las canciones más famosas.
Amo la música, desde pequeña, la primera vez que toque un instrumento fue a los 4 años, era una guitarra de juguete, pero me encantó desde ese momento, entonces mis padres me apoyaron en todo, me inscribieron en diferentes clases de música.
El canto es una de mis actividades favoritas, igualmente aprendí a tocar la guitarra, el piano, el ukelele y el bajo.
— ¡Abi llegamos! — y ese era Ben, mi mellizo.
— ¡Abi! Baja y ayúdame con la mercadería — y esa era mi madre. Bajé rápidamente, topándome con Ben en el camino.
— Hey, idiota ¿No ayudarás a mi mamá?
— Para algo estás tú, mi preciosa hermana.
— Yaaa, vete — Ben se va rápidamente a su habitación riendo.
Ya al estar ayudando a mi mamá, estuvimos charlando sobre la boda de mi Tía Edith que sería en cuatro días, donde yo presentaría una canción en la fiesta de matrimonio, al recordarlo se me revolvió el estomago de nervios, estaba nerviosa, muy nerviosa, cantaría frente aproximada 200 personas, que la mayoría era desconocida, pero de otra manera estaba feliz de poder cantar y hacer lo que realmente amo.
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