ᴏɴᴇ

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❝El número al cual intenta contactar no se encuentra disponible❞

ー¿Dónde demonios estás? ー

Bakugō apretó el teléfono frustrado, no era usual que su novia no estuviera a esa hora en el departamento que compartían, menos si habían acordado cenar juntos.

Pero volvamos un poco atrás, para ser más exactos cuatro años atrás, segundo año en la academia UA, el momento que todo comenzó.

Uraraka Ochako cada vez más comenzó a convertirse en una chica fuerte y ruda que pateaba el trasero de quién se le pasara por el frente, y es que quizás pedirle a Bakugō que fuera su compañero de entrenamiento fuera el responsable de la mayor parte de eso. En realidad ella dejó de tener esa sensación de inferioridad con el tiempo, sí, habían personas mucho más fuerte que ella en la academia, incluyendo al propio Bakugō, pero como ese, ya no la veían como la niñita débil con un poder de media que al comienzo se mostró, ahora era una heroína en entrenamiento como todos los demás y no se dejaba amedrentar por nadie, incluyendo a Deku, su primer novio.

Lo que en un comienzo fue un lindo gesto que pasó a ser una linda amistad que terminó en un enamoramiento mutuo no funcionó para nada, a pesar de las reglas de la academia ambos intentaron dar el primer paso, ambos quisieron ser ese "algo más" pero pronto se dieron cuenta que nada era como querían creer. Para Deku, Uraraka era linda, decidida y segura... En su imaginación.

Verla frustrada, verla rota, verla con su cuerpo lleno de heridas y enfrentándole a su cara lo que pensaba, al parecer terminaron de hacerle notar que ese amor era simplemente una admiración a ella que él no podía contener. Cosa parecida a Uraraka quién se hartó de que Deku siempre menospreciaba todo, sentía que había un complejo de superioridad/inferioridad tan grande que ella no podía con ello y sus propias dudas e inseguridades, y bueno, allí también influyó cuando Bakugō la abrazó con fuerza una vez que estalló en inseguridades, sin decirle nada, solo estando allí para ella y quizás eso fue lo que detonó su segundo noviazgo, porque claramente no dejó ir a alguien que jamás la miró abajo, jamás pensó diferente si la veía sudada y llena de barro que arreglada y maquillada, Bakugō era estable dentro de su inestabilidad y eso sinceramente le traía mucha calma, no había día aburrido en su día a día si estaba a su lado, y bueno, no lo dejó escapar.

Aunque Bakugō le dejó claro que no pensaba salir con ella mientras estuvieran en la academia.

Sí que era un chico con convicción.

Pero ser unos héroes es pesado, más si son nuevos, el tiempo que pasaban en la calle era demasiado, apenas si tenían tiempo para dormir en sus propias casas y ese noviazgo no estaba funcionando... O eso fue hasta que decidieron vivir juntos.

La mejor idea de todas.

Bakugō era un vergonzoso de primera, así que obligó a que fueran cuartos separados, tampoco es que le mostrara mucho afecto, no le tomaba la mano y tampoco habían besos de su parte, ¡Con suerte y le daba la bienvenida! Lo que sí, siempre había un plato de comida para ella, siempre había un espacio en el sillón a su lado después de un mal día, siempre había un espacio en su cama si había tenido un mal sueño, y siempre había un chico dispuesto a acudir a ella si se sentía inseguro, exactamente como cuando las pesadillas le superaban y buscaba sus brazos para poder dormir tranquilo el resto de la noche.

Lo amaba, se amaban, en ese espacio cómodo de un amor recíproco platónico.

Y bueno, vivir juntos le daba la ventaja de verlo a medio despertar en las mañanas mientras hacía el desayuno con solo el delantal, ¿Qué? ¿Creían que no se deleitaba la vista? Porque verlo cuando sale de la ducha con esa expresión de paz es uno de sus mayores placeres de la vida.

Pronto llegaron los veinte años y ya con dos años viviendo juntos las cosas habían cambiado significativamente. Los besos de su parte comenzaron a llegar, las tomadas tímidas de manos cuando van por la calle de manera inconsciente, los abrazos por la espalda, los besos en el cuello, esos momentos donde quieren dar el siguiente paso pero se detienen porque ambos están muertos por el trabajo. Les tomó cuatro años, cuatro años convertirse en una pareja de más que nombre, y sinceramente ambos se sentían bien cómo se había dado la situación, ambos estaban cómodos con la cercanía que poseían, ambos estaban en su mundillo de paz lleno de amor que siempre estaba dispuesto a recibirlos.

Ahora Bakugō deseaba tanto ese mundo de vuelta.

[12:10 AM Actualidad]

Desde las 9:30 PM que Uraraka no contestaba su celular, había llamado a su agencia confirmando que estaban en una misión secreta contra un grupo de contrabando, no le quisieron dar muchos detalles más y esos que tenía eran solo gracias a que su jefe, Endeavor, intervino.

Ni siquiera había cenado, estaba paseando por las calles esperando quizás encontrarla por casualidad, encontrar algún rastro de ella, saber siquiera algún rumor. Por eso no estaba usando su traje de héroe si no unos jeans con una sudadera que le escondía el cabello de color negro, totalmente como un ciudadano normal.

ーTengo su localizaciónー

Las palabras de Enji parecieron ser justo lo que necesitaba su alma. Apenas comenzaron a vivir juntos y quizás por el trauma que aún su cuerpo mantenía por el secuestro, le había regalado un par de pendientes que tenían GPS incorporado, iguales a los que él usaba en solo una de sus orejas, pero había un problema, el GPS no tenía un gran alcance al ser tan pequeño, el radio era de cinco kilómetros más o menos si había un retrasmisor cerca, justo como el que cargaba.

No dudó nada en ir al punto, sin esperar refuerzos.

Y allí todo se puso negro.

Era una bodega abandonada, típica de uso para el tráfico de personas, ¿¡Por qué no le habían dicho que era tráfico de personas!? Así podría haber exigido su última posición y haberla rescatado antes, haberla salvado...

Apenas entró al lugar logró ver a cuatro hombres, dos de ellos sobre Uraraka quién estaba atada de manos con cadenas sobre su cabeza completamente desnuda, su cuerpo estaba lleno de marcas, su rostro machacado por los golpes, de su nariz y labios salía sangre y por sus piernas también corría bastante.

Por supuesto que correría sangre, esos dos bastardos la estaban violando.

Su cerebro se apagó en ese momento, no, quizás simplemente apagó la humanidad que tenía aún dentro de él.

First time 『Kacchako』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora