Off terminó de acomodar el consultorio de New poco antes del medio día. Su mejor amigo había conseguido una vacante en uno de los hospitales de la ciudad como médico clínico. En esa ocasión, New se había tomado el día para hacer todo el papeleo correspondiente y le había pedido a Off que terminara de llevar sus cosas a su nueva oficina.
Off cerró el consultorio con llave y se dispuso a esperar a su amigo en el buffet del lugar. El hospital parecía que colapsaba de gente, pero, por lo que New le comentó, se suponía que era algo normal del invierno y las gripes.
—Americano, por favor— pidió a la joven que atendía el lugar.
Mientras esperaba su bebida, Off escuchó un gran murmullo en los pasillos. Off se dio la vuelta y observó como la gente abría paso, algunos incluso llegaron entrar al buffet. Tardó unos segundos en darse cuenta de la razón para tanto alboroto: un grupo del equipo sanitario rodeaba una camilla e intentaban cruzar la sala de espera lo más rápido posible.
Off creyó ver a New entre los enfermeros.
Con su café en la mano, Off tomó asiento y se dispuso a beberlo. En los pasillos parecía que por arte de magia ya no había tanta gente, quizás sintieron un poco de pena y decidieron volver más tarde (o estaban todos amontonados en la dirección hacia donde la camilla había ido). Off negó, no entendía el morbo de algunas personas. Bebió de su café y observó la pequeña figura de una persona que esperaba en cuclillas, con la cara entre sus manos. Off creyó que se veía terriblemente devastado y se vio tentado en ir y ofrecerle algo para beber, quizás café o agua. Sin embargo, antes de que pudiera siquiera terminar la fantasía en su cabeza, otra persona se acercó y observó como el hombre pequeño saltaba a sus brazos y se dejaba abrazar.
Más tarde le preguntaría a New sobre lo que había pasado.
