Lev Haiba

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¿Quien iba a pensar que este día llegaría tan rápido?

Todos corrían de un lado a otro, debían tener todo preparado para el día de la ceremonia, ningún detalle debía faltar.

Le estaban haciendo los últimos detalles a la vestimenta de la joven sacerdotisa mientras ella practicaba en su mente el ritual que debía realizar en unos días más.

-Esta listo tú velo Hana, le añadí un bordado de flores

-Gracias Emi- le sonrió la mayor.

Emi la miró preocupada, ¿Y como no estarlo? Temía por la vida de su hermana mayor, en cada ceremonia nunca se sabía lo que podía suceder. Hana ya se encontraba en la edad en la cual todas las sacerdotisas han desaparecido después del ritual y Emi tenía un mal presentimiento de todo eso.

-Hana, por favor déjame tomar tu lugar está vez

-No Emi, es peligroso... Yo seré quién haga el ritual.

-Pero

-Sin peros, tú tienes una vida por delante, estás comprometida, pronto te vas a casar y yo quiero que tú seas feliz.

La mayor le sonrió con ternura, espero a que terminaran de ajustar los últimos detalles de su vestimenta para así poder abrazar a su querida hermana menor.

Si, Hana lo sabía mejor que nadie, volvería a suceder lo mismo de siempre, ¿Pero que más puede hacer? Si se llegase a negar a llevar a cabo el ritual todo su pueblo estaría en peligro. El ritual es necesario para que tanto los espíritus como los demonios estén calmados y no desaten su furia en ellos.

-Sigo diciendo que es posible hacer algo- hablo Emi una vez que estaban solas

Hana suspiro, le hizo una seña a su hermana para que tomara asiento y así poder conversar más a gusto mientras beben algo ligero.

-Sabes que no se puede hacer nada, si no se hace el ritual nuestro pueblo será destruido.... Si la sacerdotisa es cambiada en cualquier de los rituales los demonios se llevarán a todos las mujeres del pueblo y las tierras se secaran.

Emi suspiro frustrada para luego beber un poco, se sentía molesta por no poder evitar lo que vendría a continuación... No quería perder a su hermana, pero no podía hacer nada.... ¿Por qué no nació primero ella? Así Hana no tendría que ser la sacerdotisa, ¿Por qué no la escogieron a ella?

Hana le sonrió para que se calmara, no era bueno que ninguna de las dos se alterará, siempre debían guardar la calma y guiar a los demás. Después de todo ese es deber de las sacerdotisas.

Hana no dejaba de pensar que se perdería la boda de su hermana, después de todo tendrían que esperar para escoger a una de las sacerdotisas de menor rango para llevar realizar el matrimonio.

La de cabellos negros negó con la cabeza suavemente y comenzó a beber. Juntas se ayudarían a olvidar por unos momentos toda la situación que tendrían que pasar, quería disfrutar de estos últimos momentos con su hermana menor, por lo cual la sala en la cual se encontraban se estaba llenando poco a poco de risas tras recordar alguna de las travesuras que hacían juntas cuando eran pequeñas.

★★★★★★★★

Suspiro triste una vez que ya estaba lista, se arregló un poco el velo para que así no se le cayera una vez que esté danzando.

Salió de su habitación, las pocas personas que quedaban en la casa realizaban una pequeña reverencia al ver a la mujer pasar y rezaban brevemente por ella.

Al llegar al lugar donde se realizaría el ritual pudo apreciar que ya todos se encontraban en posición. Solo tenían permitido estar los músicos en el lugar y otras sacerdotisas para efectuar el cántico, pero todos ellos debían mantener sus ojos vendados en todo momento.

Haikyuu One-shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora