Extrañas

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Pero que haces? Exclamó horrorizada cuando me vio quitarme el sujetador del bikini.

-top less.

Que te pasa Serena?? Tenemos 16 años no podemos hacer esas cosas..

Si viera esto luna o amy... Te matarían...

Vamos Rei relájate.. Disfrutalo.. Sonriendole.. Cosa que sonrojo a la morena...

Le contesté tranquilamente dejando mis firmes y blancos pechos al aire. Ya ves que no soy la única. Cerca de nosotros había un grupo de chicas y todas ellas también mostraban sus tetas sin demasiado problema.

Mi amiga en cambio tapaba su maravilloso cuerpo con un bañador negro que su abuela hubiera considerado pudoroso. Pero tan ajustado que en vez de esconderlo como su dueña pretendía lo revelaba marcando cada una de sus espectaculares curvas.

Estaba deprimida todo el tiempo por Darien. Y también falta de sexo ya son como 7 meses sin el.... Tengo que liberarme y continuar......

No pensé que tuvieras atractivo físico.. Pero ya entiendo porque el te escogió a ti en vez de a mi..

Eh???

Siento todo lo que te dije Serena..

Esta bien.... Rei.. No pasa nada yo tampoco he sido una gran amiga..

Tu eres ángel para nosotras.. Y estoy feliz de estar a tu lado princesa....

Que tal si me pones el bronceador que no llego ...

Ella río. Eres una cabeza de chorlito..

Me tumbé boca abajo y me relajé dejando que sus manos se deslizaran por al amplio trozo de piel expuesta lubricadas por la crema. Fue tierna conmigo casi acariciadora aunque un leve temblor en sus manos delataba su nerviosismo.

Tuve que pedirle:

- Sigue un poco mas allá. Ponme en las piernas y el culo No seas tímida, mas cerca, mete la mano, incluso por debajo de la escasa braguita. No quiero quemarme.

Al fin, con esa escusa, pude conseguir que me tocara las las nalgas e incluso el borde exterior de mis tetas. Y según avanzaba parecía mas dispuesta a hacerlo, mas liberada, a que sus manos descansaran en mi piel con mas confianza.

Al devolverle el favor por supuesto que yo fui mas atrevida. No solo le di bronceador sino que masajeé sus piernas de los pies hacia arriba entre los dedos, la planta, los finos tobillos, subiendo por las pantorrillas bien torneadas, detrás de sus rodillas y ya muslos arriba imparable. Justo debajo del bañador en su duro y precioso culo. Su sedosa piel bajo la yema de mis dedos. Ahora en los hombros y en la espalda, sobando carne sin que ella protestara.

Como no se resistía bajé lentamente el bañador desnudando por fin sus pechos apoyados en la toalla. Los acaricié lo que pude y seguí bajándolo dejándolo enrollado alrededor de su cintura, lo mas abajo que pude, dejándome ver incluso un poquito de la raja de su culo. Aproveché para acariciar toda su espalda masajeando cada centímetro de su suave piel, bajando por la columna.

Me tumbé a su lado, de costado, apoyando una de mis tetas en el brazo que ella tenía a mi lado. Seguí acariciando su espalda suavemente con la mano muy cerca. Y ella no pareció quejarse por ello, pero tampoco se decidió a levantarse y enseñar sus preciosos pechos. Los mantenía bien pegados a la toalla sobre la arena.

Besé el lóbulo de su oreja para decirle al oído lo que me gustaba, lo que la deseaba.

- Eres preciosa, tienes un cuerpo sensual y delicioso. Siempre te he envidiado y deseado.

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