"Fotografías y Cine"

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—Límpiate

Kirishima sacude la cabeza, debía concentrarse si no quería que el trabajo saliera mal, era uno de los mejores fotógrafos de la industria del cine, y ni un cuerpo escultural ni una cara preciosa le iban a arruinar el codearse con los más grandes. Era increíble que le hayan ofrecido aquel proyecto, y no pensaba arruinarlo por nada del mundo.

—Pásame esa lente —indica, sin dejar de ver su objetivo. Trataba de dejar su mente en blanco, pero ver a Bakugou sin camisa, posando de formas tan sugerentes...

—Kirishima, vas a terminar inundando todo el set si sigues así. Concéntrate

—Estoy concentrado, deja de molestarme —manotea para alejar a Kaminari, su asistente.

La saliva se le junta en la boca cuando Bakugou sonríe de medio lado. Era su gesto más sexy y Kirishima no podía evitar pensar que lo hacía exclusivamente para él. Sacude la cabeza. "Vamos Eijirou, concéntrate". Continúa haciendo fotos, pose tras pose siente que ese rubio, y sólo ese rubio, se le sigue insinuando.

—¡Terminamos! —Celebra.

Todos los presentes aplauden y gritan. Ese era el comienzo de un gran proyecto, las fotografías eran para los carteles promocionales de la saga próxima a estrenar, películas sobre espías y mafia.

En lo que Kirishima va guardando sus cosas, los actores van saliendo, despidiéndose de él y de la maquillista, agradeciéndoles y prometiéndoles volverse a ver pronto, ¿y cómo no? Si él se iba a encargar de toda la fotografía.

—Andando, Bakugou. Debemos de celebrar esto —se escucha la voz de una mujer; a Kirishima se le ponen los pelos de punta, en las revistas mencionaban que ella y Bakugou mantenían un romance. Cuando las leía, le daban ganas de reír, pero siempre estaba esa espina de duda. ¿Y si era verdad? Ellos hacían muy buena pareja, incluso lo han sido varias veces en pantalla y, bueno, ya saben lo que dicen, "a veces el romance traspasa los límites de la actuación".

—No puedo, quiero ver mis fotografías antes de que sean publicadas —Bakugou acaricia la mandíbula de la chica con el dedo pulgar e índice, con ese porte chulesco tan suyo, y aunque a Kirishima le tiemblen las piernas, los celos le burbujean en la boca del estómago.

—Bien, pero me la debes

Kirishima nota cómo es que Mina y Kaminari hacen caras; trata de controlar la risa, si no fuese por ese par, su vida sería tan triste y aburrida.

—Ey, pelos de mierda. Muéstrame lo tuyo

Las otras dos personas presentes comienzan a hacer ruidos de burla, haciendo a Kirishima avergonzar y a Bakugou acumulársele la sangre en una de las venas de la frente; el rubio voltea a ver a aquel par, transmitiéndoles con la mirada que se fueran o habría problemas, traducido a que él los sacaría, y no precisamente pidiéndoselos "por favor" y "gracias".

—Nos vemos después de que le enseñes "lo tuyo" —Mina le pellizca la mejilla a Kirishima antes de salir, sacando a Kaminari a empujones.

—Entonces quieres... ver... ¿las fotografías? —Pregunta una vez ambos han quedado solos.

—Sabes que no me quedé para ver "las fotografías" —susurra en el oído del pelirrojo, atrapándolo entre su cuerpo y el trípode de la cámara.

—Ba-Bakugou —su cuerpo entero se estremece.

—Hace mucho que no nos vemos, ¿por qué no recuperamos el tiempo perdido? —Pasa su dedo pulgar por el labio inferior de Kirishima,

Oleadas eléctricas golpean sus cuerpos cuando sus pieles hacen contacto, eso sucedía cada vez que estaban juntos, el deseo los invadía, nublaba su raciocinio  se entregaban completamente al placer, como su fuesen un par de adolescentes hormonales e inexpertos.

—Andando —indica Bakugou, alejándose del cuerpo de Kirishima para caminar hacia el centro de la escenografía, quitándose la camisa de botones que lleva.

—¿Qué... qué haces? —Pasa el exceso de saliva que se le ha acumulado en la boca.

¡Santo cielo, ese hombre era TAN ardiente!

—Hagamos nuestra propia sesión de fotos —deja caer su camisa, la cual se desliza por sus brazos, parecía estar entrenada para darle ese toque seductor a Bakugou.

—S-sí —con el cuerpo vibrándole completamente, se va quitando el pantalón, dando saltitos para poder llegar a Bakugou.

Juntan sus labios sin perder un minuto más, la ropa estorba más pronto de lo que ambos pensaban, sus cuerpos reconocer el recorrido que deben de dar sobre el otro para encenderse mutuamente.

—¿Vas a aceptar mi propuesta? —Bakugou toma el rostro de Kirishima con su mano derecha para alejarle.

—¿De tener una sesión de fotos? Espera, iré por el control a distancia

Bakugou le deja ir. Se queda recostado ahí, en medio del salón, manteniéndose caliente con las mejores imágenes mentales de otras ocasiones en las que ambos han estado juntos, con el cuerpo de Kirishima sobre el suyo, con sus manos callosas recorriendo su cuerpo, con sus labios húmedos besando su cuello y con sus dientes puntiagudos rosando la piel a su alcance.

—Estoy de vuelta —le besa en los labios nada más llegar —. ¿En qué nos quedamos? —Con uno de sus dedos acaricia el bien marcado abdomen del actor.

—Nos quedamos en que ibas a responderme —tomando su mano, se lleva su dedo a la boca.

—¿Qu-qué cosa?

—¿Vas a ser mi fotógrafo personal?

—N-no creo que s-sea conveniente. T-tengo el pr-proyecto de la pe-película y...

—Y... —Katsuki va provocando a Kirishima con los labios.

—¿M-me dejarás pensarlo?

—Sólo tienes esta noche

Kirichima hace de todo menos pensar en la propuesta que le ha hecho Bakugou. Al día siguiente siguen con lo mismo, y, básicamente, durante toda la semana. Cuando llega el momento de entregar las fotografías a la editorial, Kirishima entra en crisis.

—Mina... Mina, no encuentro la memoria de las fotos

—¿Qué? —La chica se acerca, observando en la pantalla de la computadora las fotografías de Kirishima y Bakugou en una situación muy comprometedora —. Kiri... ¿qué es eso?

—¡Mina, no veas!

—¿Reemplazaste las fotografías publicitarias por tus imágenes pornográficas con Bakugou?

—¡No! Bueno... n-no sé. Maldita sea, Mina. ¿Qué voy a hacer ahora?

—Volverlas a hacer, no hay de otra —Mina le palmea la cabeza, despreocupada.

Con un gruñido de frustración, Kirishima deja caer su cabeza al escritorio. ¿Por qué se dejó arruinar por un cuerpo escultural y una cara preciosa?

KIRIBAKU WEEK 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora